Ahorro y seguridad alimentaria. ¿Conceptos? o ¿Vías para el
desarrollo del país? Pudiera ser ese un tema de una tesis de
pregrado, de maestría o doctorado. Pero lo cierto es que la historia
ha mostrado con suficiente elocuencia que no necesitamos ir a la
Universidad para entender que ambas categorías son esencia misma en
la vida de una nación.
Y
si es subdesarrollada y bloqueada económica, comercial y
financieramente por el imperio más poderoso que haya conocido jamás
la humanidad, que en su fundamento asienta la idea de matar por
hambre a un pueblo, cual verdadero genocidio, como a Cuba, la lucha
contra el derroche se convierte en la principal divisa de ingreso y
el desarrollo de la seguridad alimentaria, en bastión de su
soberanía.
Justo hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación, convocado
por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura, FAO, y precisamente la entidad multilateral ha centrado
las celebraciones de este año para ayudar a incrementar la
comprensión de los problemas y las soluciones en la lucha contra el
hambre.
La actualización de nuestro modelo económico, en línea vertical
con el pensamiento de la Revolución en ese sentido, plantea en los
38 postulados del Capítulo VII Política Agroalimentaria, estimular
la producción de alimentos, buscando en esencia esa seguridad
nacional, en un mundo donde los precios de los alimentos se
multiplican por día.
Adecuar la producción agroalimentaria a la demanda y la
transformación de la comercialización, elevando la calidad y
exigencia en los contratos, para que las partes cumplan sus
obligaciones; limitando la circulación centralizada a aquellos
renglones vinculados a los balances nacionales; otorgando un papel
más activo a los mecanismos de libre concurrencia para el resto de
las producciones. Así puede leerse en el lineamiento 181 de la
Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la
preocupación y ocupación del país por este sensible tema que afecta
a la población mundial, a tal punto que hoy son 870 millones de
personas en el mundo las que sufren desnutrición crónica.
Pero ese empeño —también es letra de los Lineamientos—, hay que
materializarlo mediante una agricultura sostenible, protegiendo al
medioambiente y optimizando cada recurso invertido, entiéndase agua,
maquinaria y humano, conectando el ahorro con esa imprescindible
seguridad alimentaria, aplicando una máxima martiana, que escrita en
México, el 14 de agosto de 1875, en la Revista Universal, parece
formar parte del documento, que debatido y enriquecido por el
pueblo, fue aprobado en el Sexto Congreso del Partido, en abril del
2011.