Más
de 800 millones de personas en el mundo pasan hambre diariamente,
mientras que la salud de otros dos mil millones se encuentra
amenazada por el déficit de nutrientes. En el otro extremo, 1 500
millones de seres humanos padecen de sobrepeso.
El mensaje está claro: el mercado mundial de alimentos no
responde a las necesidades de los pobres; y el tener acceso a este
mercado no se traduce necesariamente en mejores nutrición y salud.
Es por ello que los gobiernos deben erradicar el hambre y la mala
nutrición, implementando políticas públicas destinadas a lograr la
seguridad alimentaria y la nutrición adecuada de sus ciudadanos.
En medio de este panorama, anda un país como Cuba, que en materia
de seguridad alimentaria fue caracterizado de muy positivo por
Theodor Friedrich, re-presentante de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la nación,
durante el panel Letra con Vida, convocado cada mes por el
Centro Cultural Dulce María Loynaz, de la capital, y dedicado esta
vez al Día Mundial de la Ali-men-tación.
El también doctor en Ciencias Agrí-colas se refirió a los logros
de Cuba en indicadores tales como la erradicación del hambre, siendo
uno de los pocos países en lograrlo; y el cumplimiento de los Ob-jetivos
de Desarrollo del Milenio. Aún así, destacó que la Isla todavía
enfrenta retos que recaen, sobre todo, en el tema de la
sostenibilidad basada en la alimentación por esfuerzo propio más que
en la importación de alimentos.
Incentivar la producción nacional ga-rantizaría mayores seguridad
y soberanía alimentarias al país, que posee suficiente área para
alimentar a su población de forma saludable y diversificada, y de
manera sostenible, señaló el representante de la FAO.
Pero la cuestión alimentaria va mucho más allá de lo producido en
los campos. Para que finalmente lleguen productos de calidad a los
consumidores, resulta importante que funcione correctamente cada
eslabón de la cadena de alimentación: al-macenamiento,
transportación, industrialización y comercialización de los
alimentos.
El doctor Friedrich comentó la importancia de alcanzar alimentos
de calidad para incidir positivamente en los valores nutricionales,
lo cual preserva la salud humana.
Una producción diversificada a nivel local, viene a facilitar
entonces el acceso de la población a los alimentos. De ahí que
resulten ejemplos positivos el auge de la agricultura urbana y
suburbana en el territorio y también otros proyectos de colaboración
que están contribuyendo a la sostenibilidad alimentaria a escala
local. Mues-tra de ello es el Programa de Apoyo a la Moder-ni-zación
Agrope-cuaria de Cuba (PALMA), donde la matriz institucional está
muy presente, según señaló en el propio panel la máster en ciencias
Grisel Te-jeda Gon-zález, del Instituto de In-ves-tigaciones
Fundamentales en Agri-cultura Tropical.
El funcionario de la FAO subrayó también la necesidad de que
exista una mayor capacitación profesional de los productores en los
campos, para que conozcan sobre los efectos que producen los insumos
que utilizan en sus cosechas y estén en constante interacción con
los nuevos saberes agrícolas generados en el país y en el mundo.
El doctor Theodor Friedrich reconoció el potencial académico y
tecnológico de nuestro país, y se refirió a que ambos aspectos deben
vincularse más con el tema productivo, para lograr así la seguridad
y soberanía alimentarias que precisa la Isla.