Enseñanza y razón

A 90 años de la Universidad Popular José Martí

Lissy Rodríguez Guerrero

Cambios económicos y sociales en América Latina a finales del siglo XIX y principios del XX conllevaron a reformas en su sistema educacional, que tuvo como detonante la revuelta estudiantil en la Universidad de Córdova, Argentina, en 1918. Los estudiantes protestaron contra las anquilosadas estructuras del centro de educación de la oligarquía, contra los envejecidos programas de enseñanza, y exigieron la expulsión de profesores incompetentes y corruptos. Este suceso sirvió de génesis a las transformaciones universitarias sucedidas en otras naciones del continente.

Julio Antonio Mella.

En el otoño de 1921, durante el Primer Congreso Internacional de Estudiantes celebrado en México, y con la participación de importantes figuras como el marxista peruano José Carlos Mariátegui y Julio Antonio Mella, se demandó el comienzo de la enseñanza libre, reformas en los programas de estudio, la autonomía universitaria y la creación de universidades populares.

En ese contexto se celebra entre el 15 y el 25 de octubre de 1923, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el Primer Congreso Nacional Estudiantil de la Enseñanza Media, considerado el clímax del desarrollo del movimiento estudiantil. El lema del encuentro Todo tiempo futuro tiene que ser mejor, se acompañó de un debate en el cual se abogó por el perfeccionamiento de la universidad en el ámbito educacional; y Mella despuntó como una figura de amplio prestigio entre los jóvenes universitarios.

Allí se adoptó el acuerdo de crear la Universidad Popular José Martí por iniciativa de él, con la cual se pretendía estrechar el vínculo entre estudiantes y obreros, y crear a largo plazo un frente unido. Apenas dos semanas después del Congreso, el 3 de noviembre de 1923, se inauguró de forma solemne en el recinto universitario. Según los estatutos su concepción era abierta y antidogmática. Toda la población de Cuba, con independencia del color de la piel, el sexo o la ciudadanía, podía asistir a sus clases gratuitamente.

Los cursos se concibieron en distintos niveles: para analfabetos, estudiantes de primaria y nivel secundario. Además, se ofrecieron estudios de aprendizaje general y actividades abiertas de discusión sobre temas políticos, organizados y dirigidos por Mella. Junto a estudiantes y profesores se encontraban figuras destacadas como Rubén Martínez Villena, Alfredo López y la periodista Mariblanca Sabas Alomá. La Universidad funcionó cerca de cuatro años y llegó a tener hasta 500 personas inscritas.

Para Mella, la cultura era la única vía verdadera para la emancipación, por lo que la Universidad Popular José Martí se transformó en un espacio social de vinculación entre obreros, estudiantes y la vanguardia artística intelectual de Cuba.

La represión del gobierno de Gerardo Machado, que había llegado al poder en mayo de 1925, condujo a la prohibición de la Universidad Popular José Martí y a su disolución definitiva en julio de 1927.

Su líder tuvo que salir de Cuba en enero de 1926 hacia México; y allí fue asesinado en manos de los sicarios de Machado. Hoy día, su ejemplo se multiplica entre los jóvenes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); así como la impronta de la Universidad Popular entre las casas de altos estudios de la nación cubana.

 

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