Una
frase resumió el contenido y el sentir del Pacto del Pedrero firmado
el 1ro. de diciembre de 1958 por las fuerzas revolucionarias que
combatían a la tiranía en la Sierra del Escambray: "Unir es la
palabra de orden, juntos estamos dispuestos a vencer o morir". Era
la consumación de la política unitaria que caracterizó la labor de
Ernesto Che Guevara, jefe de la Columna No. 8 Ciro Redondo, desde su
llegada a la entonces provincia de Las Villas.
Fue en octubre de ese año cuando se produjo el arribo del
guerrillero argentino y su tropa a las empinadas montañas
villaclareñas, luego de haber burlado durante 45 días el cerco
batistiano que trató de impedir infinidad de veces el avance de las
huestes rebeldes, las cuales traían la orientación precisa de Fidel
de extender la guerra a la región central de la Isla.
Ese propio mes, el Che ataca y ocupa el cuartel de Güinía de
Miranda, e inicia una ofensiva contra otros pequeños enclaves de la
tiranía en la zona, al mismo tiempo que tomaba medidas de gran
aceptación popular como el reparto de tierras entre los campesinos
pobres, a la vez que realizaba asambleas con núcleos de obreros, a
fin de organizar los esfuerzos de la población en las batallas
decisivas que se avecinaban.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro, quien se encontraba
dirigiendo las acciones finales contra Batista en Oriente, estaba al
tanto de cuanto ocurría en Las Villas, a partir de informes
presentados por Clodomira Acosta Ferrals, encargada de investigar
todo lo acontecido allí y por la comunicación del propio Che.
Por ellos Fidel conoció cómo desde su llegada, el líder
guerrillero había desarrollado una ardua labor integradora, la cual
lo condujo a reunirse con los destacamentos del M-26-7 existentes en
el lugar, al mando de Víctor Bordón, las fuerzas del Directorio
Revolucionario 13 de Marzo (DR-13-M), además de otros grupos más
pequeños de la Organización Auténtica y del Partido Socialista
Popular, según narra el propio Guevara en su libro Pasajes de la
Guerra Revolucionaria.
Como se conoce, el 13 de febrero de 1958, había llegado a las
alturas de Trinidad-Sancti Spíritus, un grupo de combatientes del
Directorio, encabezado por su jefe, Faure Chomón Mediavilla, con un
importante alijo de armas, creándose así un nuevo Frente Guerrillero
en El Escambray.
Para el 7 de noviembre, el jefe de la Columna No. 8, convencido
de la imposibilidad de sumar a la tropa del después traidor Eloy
Gutiérrez Menoyo, quien comandaba el llamado Segundo Frente,
escribió a Chomón: "Esa delicada situación hace imposible llegar a
un acuerdo con la citada organización", ante lo cual propone a Faure
llevar a cabo conversaciones concretas sobre todos los puntos de
interés de sus respectivas organizaciones.
Fue así como el 1ro. de diciembre de 1958, luego de diversos
encuentros sostenidos por él y Ramiro Valdés con el jefe del
Directorio Revolucionario 13 de Marzo y otros miembros de su
organización, fue firmado el Pacto del Pedrero, al cual días después
se adhirió el Partido Socialista Popular.
A partir de entonces comenzó la gran ofensiva rebelde que no
terminaría hasta la liberación de Santa Clara a finales de diciembre
de 1958. Uno a uno fueron cayendo todos los pueblos de la antigua
provincia de las Villas, bajo el accionar de las columnas rebeldes
lideradas por Camilo y el Che.
En esas batallas resultaron decisivos los esfuerzos en pos de la
unidad revolucionaria de los brillantes jefes enviados por Fidel a
esta zona, quienes con su sabia política y militar, y la firme
decisión de cumplir la palabra empeñada con el jefe de la
Revolución, fueron capaces de crear, en el caso de Camilo, el Frente
Norte, y en lo que respecta a Ernesto Che Guevara, el Frente de Las
Villas, dos hitos en nuestra guerra revolucionaria que ahora cumplen
55 años.
Construido en áreas del Complejo Escultórico Memorial que lleva
el nombre del Guerrillero Heroico, el Mausoleo a los combatientes
del Frente de Las Villas, obra inaugurada por el Primer Secretario
del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros,
General de Ejército Raúl Castro, el 8 de octubre del 2009,
constituye un espacio para el recuerdo perenne a quienes tuvieron el
honor de enfrentar a la tiranía bajo el mando del Che.
En el sitio, compuesto por 220 nichos, reposan en la actualidad
los restos de 68 hombres y mujeres que integraron las fuerzas de la
Columna No. 8 Ciro Redondo, comandadas por el Che Guevara, del
Directorio Revo-lucionario 13 de marzo y del grupo de combatientes
del Movimiento 26 de Julio que operaban en la zona.
Según ha explicado la arquitecta Blanca Hernández Gibernau,
proyectista principal, quien encabezó el equipo de especialistas que
laboró en la obra, la idea era lograr que toda persona que penetrara
en el interior del Mausoleo se sintiera como en un jardín, objetivo
logrado con creces.
Para conseguirlo utilizaron materiales naturales: los muros
fueron enchapados con losa Jaimanita, y los de contención con piedra
natural y una vegetación donde destacan las vicarias y otras plantas
ornamentales que le dan un toque de sobriedad al Complejo, en el que
resaltan 28 palmas reales, igual número que las colocadas en los
laterales de la plaza, que simbolizan el año de nacimiento del Che.
En la zona central del recinto se alza la "llama eterna", unida
en su significado a la existente en el Memorial, con igual expresión
y relacionadas físicamente por el mismo sistema. También resalta la
réplica de nuestro Escudo Nacional fundido en bronce, colocado entre
las palmas y sobre el muro que le sirve de guía, junto a la idea
central que preside el Mausoleo: "Unir es la palabra de orden,
juntos estamos dispuestos a vencer o morir".