Calixto García, el hospital que comenzó a recuperar su Salud

FÉLIX LÓPEZ

De grandes dificultades suelen germinar grandes soluciones. Esa fue la premisa con que el doctor Carlos Alberto Martínez Blanco llegó hace diez meses a la dirección del Hospital Universitario Calixto García, en el corazón de la capital cubana. Entonces, la calidad de los servicios médicos estaba condicionada por el deterioro, cansancio constructivo de las instalaciones y la falta de un proceso inversionista de gran alcance, como el que se desarrolla desde el 2004, pero con mayor impulso en la actualidad.

Fotos: Yaimí RaveloEl Calixto ya tiene ocho pabellones recuperados. El resto del hospital se mantiene en proceso inversionista o de mantenimiento.

Para constatar la marcha de esa vital recuperación, Granma desanda la vida, los pabellones y las calles de esta pequeña ciudad médica de 117 años de existencia, considerada como cátedra y símbolo de la medicina cubana, cuna de una rica historia patriótica y escenario de la formación de una legión de médicos y especialistas¼ Quienes allí laboran son herederos de una máxima que ha ido pasando de generación en generación: "Si marcha bien el Calixto García, marcha bien la Salud en Cuba".

LAS DOS CARAS DE UN HOSPITAL

Entrar al Calixto, como lo llaman coloquialmente los habitantes de la ciudad, es como caminar entre dos tiempos: el pasado (con los viejos pabellones en pleno apogeo constructivo o en la cola del proceso inversionista), o el presente (con lo restaurado, limpio, funcional y cuidado)¼ En menor escala, es como iniciar la gran reparación de un hogar, pero con la familia viviendo en su interior. Imaginen ese reto llevado a la escala de 13 hectáreas, o lo que es lo mismo: una caballería de problemas.

Acompañando al doctor Martínez, el director, iniciamos este recorrido. Primera anotación: se pueden tener todos los recursos, pero si no se administran bien de nada sirven. El hombre decide. Se llega a esa conclusión inmediata cuando observas a un médico de carrera que conoce en detalle cada uno de los objetos de obra del hospital, que va velando por la calidad de lo grande y de las pequeñas cosas, que se detiene, indaga y habla de tú a tú con constructores, ingenieros y trabajadores. A Martínez no se le escapa una, y gracias a eso las cosas van saliendo como lo sueñan sus compañeros.

Cinco empresas constructivas, con sus roles y tareas bien definidas, llevan adelante la reparación.

Con 21 pabellones funcionando (en edificios independientes) y ocho totalmente revitalizados, el Calixto es un hospital de referencia para múltiples atenciones, pero se distingue por su alta capacidad para los servicios de urgencia y la atención de pacientes politraumatizados. De allí que una de las más grandes inversiones se hiciera en la reconstrucción y redimensión del antiguo Cuerpo de Guardia, convertido hoy en Centro de Urgencia y Emergencia, que cuenta con área de recepción de pacientes, unidad de cuidados especiales, tres salones en la unidad quirúrgica, dos salas de observación, y otras tres áreas: administrativa, de alimentos y de alojamiento médico.

Explica el doctor Martínez que solo en el área de consultas y evaluación se reciben diariamente entre 400-500 pacientes, y se efectúan, como promedio, entre 40-50 ingresos, de los que derivan entre 8-10 operaciones de urgencia. "Tenemos todos los recursos para realizar un manejo integral del paciente politraumatizado; así como de un anexo con servicio de urgencia para quemados".

Además de los ocho pabellones ya recuperados, añade Martínez, todo el resto del hospital está en proceso inversionista o de mantenimiento. "Todo ese trabajo está diseñado y previsto en el Plan Director del Hospital, que es como una plataforma que guía el desarrollo de las inversiones, y que se lleva a cabo en total consonancia con los lineamientos de la política económica y social. Es un plan que se concibió atendiendo a las necesidades de salud de La Habana y del sector de la Salud.

En los quirófanos del Calixto se operaron en el 2012 un total de 38 593 pacientes.

"El estado designó un presupuesto y a todos nosotros nos corresponde velar porque las obras se desarrollen con organización, cuidando que se cumpla lo contratado y los cronogramas. Y no hablamos de poca cosa: se trata de entre 41 y 43 millones de pesos para las actividades propias del hospital; 6,2 millones de pesos para construcción y montaje; 1,2 millones de pesos para equipamiento médico¼ Y todo eso lo llevamos adelante con cinco empresas constructoras que tienen sus roles y tareas muy bien definidas".

TODO LO NUEVO NECESITA FIJADOR

La mayoría de los cubanos somos testigos de importantes proyectos u obras que en poco tiempo se deterioran o lanzan por la borda los recursos invertidos. "Nos falta fijador para mantener lo que logramos", dicen muchos compatriotas. Y no dejan de tener razón. Cuando le preguntamos a Martínez cómo piensan en el Calixto preservar lo que hoy están conquistando, el doctor nos explica una estrategia que ya es realidad: "Lo primero es el cuidado que estamos haciendo de las instalaciones, inculcando esa necesidad en nuestros trabajadores y en quienes utilizan nuestro servicio".

"Pero hay algo tan importante como rescatar, que es mantener. El proceso de mantenimiento también está planificado y es inviolable. Es la manera de mantener conservado y en funcionamiento óptimo todo lo que inauguramos. El Centro de Urgencia y Emergencia, por ejemplo, recibió su primer mantenimiento a los seis meses de abierto y ya está entrando otra vez en ese proceso. Los ocho pabellones inaugurados ya están recibiendo el mantenimiento que les corresponde. Lo que se trata es de no esperar a que las cosas se derrumben para entonces llegar y hacerlas nuevas otra vez".

—-¿Conformes con la calidad de las obras?, le preguntamos al director.

"Estamos agradecidos del trabajo que realizan desde el punto de vista constructivo, en el rescate de la infraestructura, y haciendo más funcional las numerosas áreas del hospital. Pero no estamos totalmente satisfechos. Tenemos que insistir más en el cumplimiento de los cronogramas. Una institución que presta servicios de salud no puede esperar o admitir un atraso en la entrega de las obras. Un cronograma excelente transita por una buena preparación, con el comienzo al pie de obra del 70 % de los recursos necesarios.

"Según el Plan Director, hoy estamos en el momento en que nos propusimos, sobre todo en lo referente a la terminación de las obras. Y no recibimos nada sin que se prueben todos los sistemas. Pero es importante que en los procesos inversionistas en la Salud se empleen recursos materiales de más calidad, resistentes y perdurables. Y todo eso debe acompañarse del cuidado por parte de quienes hacemos uso de estas instalaciones: pacientes y trabajadores".

Un dato basta para aquilatar la importancia de las inversiones: hoy el Calixto trabaja con 430 camas, pero esa cifra se elevará a 640 cuando terminen las obras en marcha. De esa realidad están persuadidos los trabajadores de los contingentes de Villa Clara, Raúl Roa García y Julio Antonio Mella, así como los de la Constructora Caribe, la ECOA 24 y la ECOA 53.

"Gracias al esfuerzo de esos hombres, acota Martínez, el pasado 6 de abril inauguramos algo que el hospital nunca tuvo y era una necesidad: un área de atención decorosa, digna, humana, para los familiares de los pacientes ingresados en las unidades de cuidados especiales (terapias). Ese local cuenta con las condiciones (climatización, servicios sanitarios, pantry y televisión), y allí se recibe la información de manera individual, personalizada, sobre el estado médico del paciente ingresado. Próximamente, los acompañantes podrán ver a sus familiares a través del monitor de televisión y recibirán el parte médico actualizado por los médicos desde las salas".

En ese sitio, revisando el libro de opiniones, encontramos una escrita el pasado 14 de abril por la visitante Justiva Refuk Sosa, familiar de un paciente: "Magnífica idea esta, magífico trato, solo detalles constructivos que sobre la marcha se pueden resolver".

TODO PENSANDO EN EL HOMBRE

No solo aires constructivos y de pintura fresca corren por las recién asfaltadas calles del Calixto. También se respira un ambiente humano favorable. Lo ratifica el doctor Martínez, cuando explica que "todo lo que se rescata es parte de la atención a los trabajadores. Ellos no piden mejoras personales, sino mejores condiciones de trabajo, porque ello incide directamente en la calidad del servicio que prestan. Es por eso que se han creado condiciones adecuadas para su alimentación y descanso. Y se ha puesto énfasis en la atención a los médicos y el personal de guardia".

"Se ha terminado una cocina-comedor para 160 personas, con alta tecnología para la elaboración de los alimentos. Y en las unidades quirúrgicas, además de la rehabilitación, se han adquirido instrumentales, dotándolas de la tecnología necesaria para humanizar el trabajo y ofrecer una atención médica de mayor calidad.

"Todo lo que hacemos es pensando en los hombres y mujeres, en esos 2 200 trabajadores que hacen funcionar este gran hospital. Con ellos, trabajamos en el rescate de valores, de la ética médica, en la adecuada conducta en la atención de los pacientes, en lograr más eficiencia y calidad en el servicio. Hacer un uso racional de los recursos se ha convertido en un concepto fundamental. Hemos comenzado a andar el camino del rescate de tradiciones, estructuras y funcionamiento del Calixto como institución insignia. Aquí luchamos para que el paciente resuelva su problema.

"Y no hablamos para nada de obra terminada. Tenemos casos y ejemplos que afectan la calidad del servicio que prestamos, y que no se resuelven solo con un proceso inversionista. ¿Dónde dejamos los valores? ¿Y dónde el respeto al dolor de las personas? No descansaremos en seguir inculcando buen gusto y buenas prácticas".

En el Calixto, como ocurre en el sistema nacional de salud, se trabaja por solucionar el delicado problema del completamiento de los recursos humanos, que se ha convertido en una limitación fundamental. El hospital, por ejemplo, tiene una plantilla de 600 enfermeras, pero solo cuenta con 385. También faltan 36 técnicos de diversas actividades. Es cierto que la marcha no se detiene, pero allí donde un enfermero o técnico realiza el trabajo de dos, la calidad se resiente y se refleja en el servicio.

CAMBIA LA VIDA, CAMBIA EL ROSTRO

Es visible, hoy existe otro ambiente, otra estética y otra imagen en el Calixto. Y como dice el doctor Martínez, eso expresa una condición superior en el estado de ánimo de los trabajadores. Para el doctor José Alberto García, considerado el más conocedor de la historia y las estadísticas del hospital, el cambio ha sido grande y para bien. En opinión de la doctora Yamilet Valdés, al frente de la docencia, lo más importante es que el proceso constructivo se realiza minimizando el impacto en los estudiantes.

Por el Centro de Urgencia y Emergencia, el doctor Asterio Valdés, médico intensivista y máster en Urgencias Médicas, valora el salto de calidad en el servicio a partir de las inversiones materializadas. Tema que reafirmó el doctor Carlos Piedra, al frente de la Unidad Quirúrgica, quien después de atender las operaciones de urgencia propias del día, despacha con los especialistas de la Empresa Servicios de Ingeniería No.1, con quienes planificaba el segundo mantenimiento a sus instalaciones.

En la sala de ortopedia, ahora en un sitio hermoso, limpio, sin hacinamiento, el paciente Juan Castañeda, del municipio Playa, se recuperaba de dos operaciones de urgencia, luego de un accidente de tránsito, provocado por un conductor imprudente que no respetó la luz roja del semáforo: "Aquí no solo encontré un hospital diferente, también unos médicos fuera de serie, que te dan confianza y que te hacen pensar que estás en familia. Mira esta sala, solo la había visto así en las películas".

Atendiendo a Juan Castañeda está la enfermera Misladys Fortún. Es la jefa de sala y lleva 12 años en el hospital. Se graduó en el Calixto y a él se ha entregado. Su sala lleva diez enfermeras, pero solo cuenta con cinco, lo que obliga a un esfuerzo extra para mantener la calidad del servicio. "Con los cambios y los programas de formación, el hospital se va a convertir en un sitio deseado. Yo aspiro a que pronto no nos falte ni una enfermera".

Las opiniones positivas se encuentran ahora en todas partes. En el pabellón que ocuparán los laboratorios clínicos y de microbiología, los obreros de la Constructora Caribe apuran el paso para entregar la obra en tiempo¼ En una de las calles aledañas, con su carrito y sus escobas, Sofiel Riverón ve al director del hospital y se sonríe: "Yo salgo de casa al amanecer y regreso de noche. Mi mujer no me quiere creer que estoy trabajando. Pero no puedo hacerlo de otra manera cuando veo que el doctor Martínez agarra un machete y chapea, o carga materiales, y anda de un lado a otro del hospital sin descanso. Y todo para que el Calixto cambie la vida".

Poner orden en casa

Como parte de las medidas organizativas diseñadas por el Ministerio de Salud Pública, los horarios de visita al hospital fueron establecidos de la siguiente forma: martes y jueves (de 5 a 6 de la tarde); sábado (de 2 a 3 de la tarde) y domingo (de 2 a 4 de la tarde).

Próximamente, quedará inaugurado en el Calixto un nuevo y amplio parqueo de autos, lo que permitirá ordenar el tránsito dentro del hospital. De igual forma se limitará el acceso peatonal entre la calle G y la Avenida Universidad, por donde transitan como promedio diario unas 50 mil personas. Esta medida, además del cumplimiento de los requerimientos epidemiológicos, permitirá la protección de la instalación y sus recursos.

 

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