WASHINGTON.—
El congresista republicano Buck McKeon dijo que el presidente
estadounidense, Barack Obama, debe diseñar una política sobre el
futuro de los prisioneros en la cárcel de la ilegal base de
Guantánamo antes de cerrarla.
McKeon, quien preside el Comité de Servicios Armados de la Cámara
de Representantes, señaló que no son suficientes los discursos y la
retórica del mandatario si no existe un plan concreto que esboce lo
que se va a hacer con los casi 200 detenidos que permanecen en la
prisión.
Desde 2002 la Casa Blanca mantiene un centro de internamiento en
la base naval de Guantánamo,r ubicada en territorio cubano contra la
voluntad del pueblo y Gobierno de la isla caribeña.
En un artículo de opinión que publica hoy el diario USA Today con
la firma del legislador, este afirma que lo más importante es que se
necesita una propuesta para el tratamiento que se dará a los
acusados de terroismo que se capturen en el futuro.
Obama debe enviar un informe sobre el tema al comité que dirige
McKeon como parte de las deliberaciones que se iniciarán en las
próximas semanas sobre el presupuesto del Pentágono para el año
fiscal 2014.
El legislador considera que si el Presidente es serio en su
esfuerzo renovado para cerrar la prisión militar, debe aprovechar la
oportunidad que ahora tiene y enviar su plan al Capitolio, pero
mientras no lo haga, la cárcel debe estar abierta en interés, según
alegó, de la seguridad nacional de Estados Unidos.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, anunció
este miércoles que la administración Obama explora opciones para
deportar a una parte de los detenidos en Guantánamo hacia sus países
de origen, pero los gobiernos de esas naciones deben expresar su
consentimiento para recibirlos.
Obama dijo la semana pasada que el uso continuado de la prisión
militar de Guantánamo es contrario a los intereses estadounidenses,
pues resulta muy cara, ineficiente, afecta la cooperación con los
aliados en la política antiterrorista y no es necesaria para
garantizar la seguridad del país.
Durante la campaña por los comicios de 2008, Obama prometió
cerrar esa prisión militar, y durante su primera semana de mandato
firmó una orden ejecutiva para clausurarla, pero su propuesta tuvo
desde el principio una fuerte oposición en el Congreso.
Los legisladores han añadido enmiendas a los presupuestos
militares para prohibir a la Casa Blanca los fondos que necesita
para enjuiciar a los prisioneros en territorio estadounidense, lo
que dificulta el cierre de la prisión.
Más de un centenar de reos en la instalación militar mantienen
una huelga de hambre iniciada el pasado 6 de febrero en protesta por
las crueldades de que son víctimas los detenidos, la mayoría de los
cuales permanecen allí desde hace más de una década sin que se
presenten cargos en su contra.