Sembrar calidad y rendimiento

Arroceros granmenses fomentan la siembra por trasplante, a fin de aumentar los rendimientos y conseguir semillas de calidad

Dilbert Reyes Rodríguez

Las relaciones económicas entre las empresas, las unidades presupuestadas y las formas de gestión no estatal se refrendan mediante contratos económicos, y se exigirá por la calidad del proceso de negociación, elaboración, firma, ejecución, reclamación y control del cumplimiento de los mismos como instrumento esencial para la gestión económica.

La siembra por trasplante evita el “grano rojo” y multiplica el rendimiento.

Así dice textualmente el Lineamiento 10 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobado en el Sexto Congreso del Partido, en abril del pasado año. Pero, ¿cumplimos siempre con tan importante postulado?

Con la depresión productiva del ramo arrocero entre los años noventa del pasado siglo y la primera década del actual, también sufrió sensiblemente la obtención de semillas de calidad, y aún más su multiplicación y manejo correcto en las áreas de cultivo.

En Granma, el 2010 marcó el despegue en la recuperación; pero en esa carrera progresiva, la ocupación de nuevas áreas por campesinos —la mayoría usufructuarios—, la revitalización de los canales para el riego, así como la reparación, ampliación y modernización de la industria y la maquinaria agrícola, se adelantaron bastante a la disponibilidad de buenas semillas.

Actualmente, y en un esfuerzo por llevar a la par el desarrollo en todos los frentes, las dos empresas arroceras del territorio asumen el fomento de la técnica asiática del trasplante; a fin de lograr lo más rápido posible que todas sus bases productivas accedan a una simiente certificada, piedra angular del rendimiento y la calidad de la cosecha.

DE LA TEORÍA AL CAMPO

"Básicamente, la técnica cambia la siembra directa (‘a boleo’, regando el grano en el campo) por el trasplante de posturas desde un semillero hasta la parcela donde madurará (moteo), respetando un número fijo de plantas por cada metro cuadrado", explica Juan Alberto Guzmán, director del Complejo Agroindustrial (CAI) Fernando Echenique, mayor de los dos existentes en Granma y primero en asumir el programa.

fotos del autor“La postura trasplantada mantiene el vigor y produce semillas de calidad”, dice Arisnaldo Santoya.

"La ventaja inicial es la homogeneidad de las plantas en el campo —más difícil de lograr con el boleo—, que empareja la distribución de nutrientes y es clave en la calidad final del grano y su certificación como semilla.

En zonas de la Unidad Empresarial de Base (UEB) La Gabina, en el municipio de Río Cauto, la Cooperativa de Créditos y Servicios (CSS) José Nemesio Figueredo despunta como líder en este movimiento que ya integran muchas otras, aunque no en tanta extensión de tierra.

Alfredo García Pompa, su presidente, estima con la nueva técnica rendimientos de entre seis y siete toneladas por hectárea.

Explica que en agosto realizaron la siembra de las pequeñas parcelas que en este minuto garantizan las posturas trasplantadas a unas 107 hectáreas; una extensión respetable que dará la semilla suficiente para multiplicarla la próxima campaña en todas las áreas de la UEB, escogida como el semillero del CAI Echenique.

"Como uno de los objetivos también es la diversificación de variedades, estas 107 hectáreas están siendo plantadas con posturas de cuatro tipos, algo que no se hacía".

José Arias, director de La Gabina, confirma que la semilla recolectada permitirá ocupar después 1 200 hectáreas en la UEB, pero destaca que la mitad de esa extensión, ya en la venidera campaña, pretenden sembrarla con la técnica del trasplante.

"Si en el 2013 logramos cumplir el propósito en La Gabina, entonces en el 2014 podríamos contar con simiente de calidad certificada para distribuirla a todos los productores", concluye Guzmán.

TRABAJO DOBLE... JUSTA COMPENSACIÓN

"El ‘trabajito’ no es nada fácil, porque es mucho más rápido caminar a un ritmo constante regando el grano, que permanecer doblado al sol colocando en el fango más de 30 maticas por metro cuadrado, una por una", refiere Arisnaldo Santoya, jefe de una brigada de moteo y corte de La Sal, en el municipio de Yara, formada por 25 hombres asociados para ofrecer el servicio a los campesinos interesados en la técnica.

"Nos ocupamos de sacar la postura del semillero y la resembramos. El precio de cada cordel (una hectárea tiene casi 25) es de 75 pesos, y un poco más si debemos acarrearlo por distancias largas. El productor sabe que el costo físico es mayor que en la siembra directa, pero el rendimiento del trasplante paga muy bien ese gasto".

Los hermanos Lázaro y Jesús Manuel Arias, coinciden con la afirmación. El trabajo de más se compensa con el considerable ahorro de semilla, de agua y de productos químicos, el mayor control de las malezas y, esencialmente, el mejor rendimiento.

La asesoría de especialistas vietnamitas es crucial en el aprendizaje y extensión del moteo. Para el fomento del área semillera de La Gabina siempre está en el campo uno de los técnicos asiáticos. Ya han probado diferentes marcos de siembra, y aunque hoy está a 32 posturas por metro cuadrado, los asesores plantean llevarlo a 40.

Lo cierto es que la calidad del grano recolectado se hace evidente desde la germinación de las posturas, porque —según Jesús Manuel— con dos hectáreas de semillero pueden trasplantarse 26 (dos caballerías) para cosecha, y entre cinco y siete quintales de simiente bastarían para ocupar 13,42 (una caballería).

Odisnel Traba, director del CAI José Manuel Capote —la otra empresa arrocera granmense—, hasta ahora asiste como observador.

"Estamos creando las condiciones para arrancar en el 2013 con unas 1 400 hectáreas para producir semilla, de ellas 400 por trasplante. En noviembre haremos las primeras siembras en la UEB Puente Guillén, encargada de toda la simiente demandada por la Empresa y los productores de la vecina provincia de Las Tunas".

SIN CONTRATO NO HAY ASEGURAMIENTO

A fin de no malograr la intención primaria, es preciso consolidar la obtención de semillas óptimas a través del moteo. Esta campaña no es la de frío, y aunque los rendimientos serán mucho mejores, no llegarán a lo óptimo porque, más allá de la etapa de frío o primavera, la siembra se ha pasado un poquito de la fecha al no contar con los requerimientos que el CAI debiera poner.

Según declararon algunos productores de las 107 hectáreas priorizadas, no fue puntual la preparación de tierra, hubo demoras con el suministro del agua y se retrasó la aplicación de fertilizantes.

Ramón Jorge explica que todo fue consignado en acta. "Si quedamos en que habría seriedad con esta actividad que en un futuro cercano garantizará toda la semilla del CAI, ¿por qué, además de mandar tarde los tractores al campo, solo una vez terminadas las labores nos dijeron que la tarifa era muy superior a la oferta de tractoristas privados?

"De igual forma, el primer pase de fertilizantes lo hicieron una semana más tarde, y en otra etapa se retrasó cuatro días", detalla Ramón. "También mantuvieron el canal varios días seco, cuando ya era hora del aniego, y fue una tragedia que autorizaran en la Empresa el uso de rodillos para emparejar los campos", relata Lázaro Arias.

"La postura óptima se extrae del semillero entre los 18 y los 25 días; pero, por los problemas referidos, ya esta viene algo pasadita, y aunque todavía será mucho mejor que la siembra directa, los rendimientos sufrirán estas demoras innecesarias", concluye Jesús Manuel.

Eddy Martínez, técnico miembro de dirección de la CCS, confirmó cada una de las dificultades mencionadas; pero cuando Granma preguntó si estaban previstas en los contratos con el CAI, Eddy reconoció que no precisaron cosas como la tarifa de los tractores, ni la fecha en que estos se necesitaban, tampoco el día exacto de entrega de agua, o el de fertilización por avión¼ "Es una insuficiencia que ahora nos limita al reclamar legalmente los retrasos de esos servicios; por mucho que argumentemos que fue un compromiso expreso del CAI o del Grupo Nacional, debido a su gran interés en promover la producción de buenas semillas".

Si el moteo incrementa el rendimiento agrícola a partir de una semilla de más calidad, quiere decir que irá más arroz a la industria. En consecuencia, obtendríamos más cantidad de grano en el país, lo cual permitiría reducir los altos volúmenes que hoy deben importarse para satisfacer la gran demanda nacional de este alimento.

Por tal razón, no deben permitirse estos deslices entre la prioridad de un método como el del moteo del arroz y la nula utilización de los contratos por las partes involucradas. Hay que exigir y respetar el uso de esa herramienta, vital en las relaciones económicas y piedra angular en el aseguramiento de la producción.

 

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