Saber más del uso de medicamentos

José A. de la Osa

Los medicamentos salvan vidas y son de un beneficio inestimable, pero gran parte del éxito de su empleo depende de la información que el paciente reciba para asegurar la adherencia (cumplimiento) al tratamiento y el control de su enfermedad.

Todos los medicamentos pueden producir efectos no deseados —los que son nocivos y no intencionales—, que se originan incluso cuando se administran en su dosis terapéutica, para el diagnóstico, tratamiento o modificación de una función fisiológica.

Es conocido que esos efectos constituyen en la actualidad un problema de salud mundial y, en ocasiones, están en dependencia del propio medicamento (por su mecanismo de acción farmacológica, vía de administración, composición) y otras veces tienen que ver con la naturaleza del paciente.

De acuerdo con el autorizado criterio de la farmacóloga Giset Jiménez López, existen condiciones que pueden predisponer la aparición de efectos nocivos, y menciona entre los más comunes las edades extremas de la vida, es decir en niños y ancianos, en mujeres embarazadas y que lactan, y, asimismo, en pacientes que sufren enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca, renal, hepática y en personas muy alérgicas.

Por esta razón, plantea, es importante pedir información al facultativo acerca del medicamento que se va a consumir, para qué le sirve, cuáles son sus contraindicaciones, precauciones, las posibles interacciones con otros fármacos, alimentos, bebidas, y las características de la administración: si debe tomarlo antes o después de las comidas, al acostarse o en la mañana, qué hacer si se le olvida tomar una dosis.

También debe solicitar información acerca de los efectos indeseables que puede sentir, sobre todo si es primera vez que toma el fármaco y qué hacer en el caso de que estos aparecieran, cuándo debe suspender el tratamiento o regresar a la consulta. La mayoría de los efectos adversos son leves, pero en ocasiones estos pueden interferir con la vida habitual del paciente e incluso requerir un cambio en el tratamiento.

La doctora Jiménez López, especialista de segundo grado en Farmacología de la Dirección Nacional de Medicamentos y Tecnologías Médicas del Ministerio de Salud Pública, quiere trasmitir a nuestros lectores algunos saberes básicos para el uso seguro de cualquier fármaco que se vaya a emplear.

Dice: informar siempre que acuda a su médico todos los medicamentos que toma o ha tomado recientemente, incluyendo las hierbas medicinales, vitaminas, suplementos dietéticos, homeopatía; leer y conservar el prospecto del fármaco, y si al finalizar el tratamiento aún no se encuentra bien, no prolongarlo por su cuenta sin consultar al médico.

Por supuesto, se debe evitar la utilización de medicamentos si no están debidamente justificados, no automedicarse y saber la dosis que toma, la frecuencia de administración y la duración del tratamiento. Esto resulta esencial cuando le administramos medicamentos a nuestros hijos, a personas de la tercera edad o discapacitadas.

No menos importante resulta cumplir al pie de la letra las condiciones de almacenamiento de los medicamentos, atendiendo a que estos pueden perder su efectividad si son sometidos a calor o frío excesivos. Y nunca conserve, subraya la especialista, fármacos vencidos. Esta información se encuentra en los envases y puede ser facilmente consultada.

 

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