La
promoción de alimentos tradicionales y una educación nutricional
pueden mejorar las dietas y mitigar el impacto de los altos precios
internacionales de los alimentos, afirmó hoy el director General de
la FAO, José Graziano da Silva.
Durante una reunión de alto nivel sobre nutrición, incluida en la
agenda de la Asamblea General de la ONU, da Silva consideró oportuno
promover la educación alimentaria y nutricional como uno de los
retos en los países desarrollados y en desarrollo.
El evento, convocado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon,
reunió a políticos, empresarios, científicos y líderes de la
sociedad civil para examinar los progresos de la iniciativa de
ampliación de la nutrición en el último año y discutir los
compromisos de mayores inversiones en esa actividad.
Da Silva explicó que recuperar alimentos tradicionales como la
yuca, quinua, habas y otros productos es una estrategia válida para
hacer frente a los altos y volátiles precios internacionales de los
alimentos.
Esta es una oportunidad muy importante para estimular la
agricultura a pequeña escala y la producción local, señaló.
Apuntó que en la actualidad solo tres de los principales cultivos
básicos -maíz, trigo y arroz- proporcionan el 60 por ciento de la
energía de origen vegetal en las dietas mundiales.
Pero con el aumento de los ingresos en los países en vías de
desarrollo, un gran número de personas están abandonando alimentos
tradicionales de origen vegetal en favor de dietas ricas en carne,
productos lácteos, grasas y azúcar, significó.
El director de la FAO recordó que hoy se calcula alrededor de 900
millones de personas desnutridas en todo el mundo, mientras dos mil
millones más sufren algún tipo de malnutrición.
Al respecto, reiteró el compromiso de la FAO de trabajar con
otras agencias de las Naciones Unidas en la lucha contra el hambre y
la desnutrición.
La Conferencia Internacional sobre Nutrición, 21 años después,
que la FAO y la Organización Mundial de la Salud organizarán en
noviembre de 2013, será una oportunidad para movilizar la voluntad
política y los recursos necesarios con el fin de mejorar la calidad
de la alimentación de las poblaciones, adelantó da Silva.