Contrariamente
a lo que muchos suponían luego de la eclosión de las vanguardias del
siglo pasado y aún en fecha más reciente el protagonismo de la
reconstrucción postmoderna, el paisaje sigue siendo uno de los
géneros pictóricos preferidos y cobra mayor actualidad en esta
época, donde la preocupación por la ecología y la preservación del
medio ambiente gana cada vez más terreno ante la agresión sufrida
por la Naturaleza a manos de la depredación desarrollista de signo
capitalista.
En
un país como el nuestro, donde la tradición paisajística tiene
hondas raíces, varios cultores del género han continuado la senda de
sus predecesores. Uno de los de mayor fortuna, por la constancia y
la coherencia de su trabajo, es el maestro Mario García Portela, de
quien se puede ver ahora mismo una exposición en el Museo de Arte
Colonial, como parte de la serie dedicada al paisaje este septiembre
por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
García Portela (Pinar del Río, 1942) nos entrega 11 lienzos de
rigurosa factura, mayoritariamente referidos al entorno rural, en
los cuales, con variaciones que se explican por circunstancias de
tiempo y espacio pero con idéntica pasión, aflora una visión que
rebasa los marcos del pintoresquismo para entregarnos estampas de
honda expresión.
En su larga y fecunda carrera destaca el ejercicio de la docencia
durante casi cuatro decenios en la Escuela de Artes Plásticas y en
la Universidad Pedagógica de Pinar del Río; más de una decena de
premios nacionales y la participación en más de cien exposiciones
colectivas en Cuba, Chile, Costa Rica, Panamá, México, Trinidad y
Tobago, Canadá, Estados Unidos, España, Alemania, Francia, Italia,
Malasia, Líbano y Noruega.