La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF)
demandó hoy a la comunidad internacional la necesidad urgente de
atender la situación, cada vez más insegura, que padece medio millón
de somalíes en Dadaab, Kenya.
En un comunicado dado a conocer aquí, a propósito del Día Mundial
del Refugiado (20 de junio), MSF pidió la búsqueda de soluciones
para esas personas, guarecidas en el mayor campo de refugiados del
mundo.
El grupo humanitario consideró cada vez más insegura la vida de
los somalíes, quienes huyeron en desbandada de su país tras la
hambruna que azotó a la nación del Cuerno de África el pasado año.
Niños, mujeres y ancianos, en su mayoría, escaparon a Dadaab, a
100 kilómetros de Somalia, según la fuente.
Elena Velilla, representante de MSF en Kenya, declaró a
periodistas que Dadaab ya no es un refugio, aunque subrayó que hoy
la gente recibe allí alimentos.
La funcionaria se preguntó cuántas crisis nutricionales o
epidemias de sarampión hacen falta para empezar a buscar soluciones.
El texto menciona que después del secuestro de dos cooperantes
españolas en octubre pasado, la inseguridad empeoró en el complejo
Dadaab, integrado por los campos de Ifo, Hagadera y Dagahaley.
Recuerda, asimismo, que en los últimos ocho meses se registraron
brotes de sarampión y cólera en el lugar.
Médicos Sin Fronteras propone reubicar a los refugiados en una
zona más segura y de tamaño normal, donde puedan crearse
oportunidades para que estas personas puedan valerse por sí mismas,
señaló Prensa Latina.
Velilla apuntó que un campo de refugiados no es una solución a
largo plazo y advirtió que mientras no se adopten medidas los
somalíes continuarán pagando por ello.