NACIONES UNIDAS, junio.— Las aguas internacionales, fuera de todas
las jurisdicciones nacionales, representan el 45 % del planeta y
están bajo grave amenaza debido a la sobrepesca y la contaminación.
"La próxima gran crisis ambiental global que nos espera es el
colapso de los océanos", alertó Rémi Parmentier, de la High Seas
Alliance (Alianza para Alta Mar), coalición de organizaciones no
gubernamentales que trabajan por la conservación de los mares
abiertos.
La Alianza se prepara activamente para la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida como
Río+20, que se realizará del 20 al 22 de este mes en Río de Janeiro.
Los ambientalistas esperan convencer a los gobiernos sobre la
importancia de la biodiversidad marina y de adoptar una postura
decisiva en Río.
"Los países creen erróneamente que tienen otras prioridades. La
crisis financiera, por ejemplo", dijo Parmentier a IPS. "Darle
prioridad a las riqueza artificial, como el dinero y los servicios
financieros, mientras se deja a un lado la riqueza natural, es
decir, todo lo que podemos tomar de nuestro ecosistema, es un gran
error", advirtió.
"La naturaleza, el clima, la biodiversidad... son elementos sin
los cuales no podemos desarrollarnos de manera justa y sostenible",
dijo.
La Alianza propone, entre otras acciones urgentes, eliminar los
llamados "subsidios perjudiciales del ambiente", con los cuales los
gobiernos apoyan actividades contaminantes, como el uso de
combustibles fósiles, la sobrepesca y la agricultura industrial,
desfavoreciendo a los sectores verdes.
"Estoy pensando en subsidios que financian la energía fósil con
varios miles de millones de dólares todos los años, o también en los
cerca de 1 000 millones de dólares que la UE (Unión Europea) le
otorga a la pesca cada año, fomentando así su sobrecapacidad", dijo
Parmentier.
Todos estos temas fueron ya tratados en la Cumbre de la Tierra,
celebrada en 1992 también en Río de Janeiro, pero no de forma
suficiente, señalan los activistas.
A comienzos de este mes, el ambientalista realizó una conferencia
de prensa en la sede de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), en Nueva York, junto a representantes del Llamado Global de
Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés) y del
grupo International Partners for Sustainable Agriculture. (Socios
Internacionales para una Agricultura Sustentable).
Los tres portavoces hablaron especialmente sobre las metas de
desarrollo sostenible que se espera sean acordadas en Río de
Janeiro, entre las cuales se incluirá una referida a la conservación
de los océanos.
"Mientras no se implemente un acuerdo sobre conservación de las
aguas abiertas, nosotros y nuestros gobiernos no podemos tener voz
para incidir en lo que está ocurriendo en casi la mitad del
planeta", dijo Parmentier.
Las aguas internacionales sufren cada vez más la contaminación y
la sobrepesca, lo que está llevando a la extinción de muchas
especies. Por ejemplo, el 90 % de los mayores depredadores, como el
atún, el bacalao y el tiburón, ya han desaparecido o están
seriamente en riesgo, según la organización ambientalista española
Ocean Sentry.
"No deberíamos hablar solo de un ‘decrecimiento’. Sí, es verdad,
debemos procurar decrecer nuestra huella ecológica y nuestro impacto
en los recursos, pero eso debe hacerse para alcanzar el crecimiento
sostenible de los recursos que la humanidad y sus ecosistemas
necesitan para sobrevivir", dijo Parmentier a IPS.
Organizaciones ambientalistas esperan que Canadá, Estados Unidos,
Japón y Rusia, cuatro países que con frecuencia rechazan el borrador
del documento final de Río+20 en lo que respecta a los océanos,
cedan a favor del interés común.
Proteger las aguas internacionales no es solo salvar los océanos,
sino también los ecosistemas que sostienen la vida en el planeta,
insistió Parmentier.