El 12 de junio fue el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. En
todo el mundo hay 215 millones de niños trabajadores, de los cuales
alrededor de 130 millones entre los cinco y 17 años trabajan en la
agricultura, incluidas la ganadería, la pesca y la silvicultura.
Según un reporte de la FAO, muchos de ellos desempeñan trabajos
peligrosos. Solo uno de cada cinco niños trabajadores recibe paga,
la mayoría es mano de obra de la familia sin remuneración, de
acuerdo con los informes de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
La pobreza generalizada es una de las principales causas y
consecuencias del trabajo de menores en las zonas rurales. Los
trabajos peligrosos a menudo perjudican la salud de los menores, su
seguridad o su moral. Los niños que trabajan en campos donde se han
aplicado plaguicidas, los que permanecen despiertos toda la noche en
un barco pesquero, o los que llevan cargas tan pesadas que
perjudican el desarrollo de su cuerpo, todos estos son ejemplos
demasiado frecuentes de trabajos peligrosos. (SE)