Las acciones de grupos armados calificados por las autoridades de
terroristas dejan hoy secuelas fatales entre militares y civiles en
Siria, pese a la voluntad expresa del gobierno de favorecer un
arreglo político de la crisis, refirió Prensa Latina.
Como parte de la ola de violencia acrecentada en esta semana, un
grupo armado detonó este viernes un coche bomba en la zona de
Qudsaya, Damasco Campo, causando la muerte de tres militares y
varios agentes del orden y civiles heridos.
Un informe de la agencia de noticias sirias SANA indica que en
esa región las autoridades ocuparon también una gran cantidad de
armas de diferentes tipos en el poblado de Raas Maarret Yabrud,
dentro de un vehículo procedente del territorio libanés, en la zona
de Wadi Al Fatle.
Precisa la nota que los implementos bélicos son de fabricación
estadounidense, israelí y francesa, e incluyen aparatos de
comunicación inalámbrica.
En Alepo, a 350 kilómetros al norte de esta capital, fue abortado
un intento de hacer estallar un carro bomba en la redoma de
Almuhandisin, el cual según autoridades de la gobernación
provincial, contenía 500 kilogramos de explosivo.
Mientras, efectivos militares que resguardan el yacimiento
petrolero de Al Omar en Der Ezzor, a 461 kilómetros al noreste de
Damasco, enfrentaron a un grupo armado y mataron a unos de sus
integrantes durante un ataque contra la instalación perteneciente a
la petrolera de Éufrates, cerca de la ciudad de Al Mayadin en esa
provincia.
En el incidente perdieron la vida dos guardias de seguridad,
mientras dos oficiales y otros dos efectivos militares resultaron
heridos.
En otra acción reportada en la provincia de Idleb, a 320
kilómetros de Damasco, un coche bomba estalló en la zona industrial
de la ciudad homónima, causando la muerte de dos agentes del orden y
tres civiles, así como numerosos civiles y militares resultaron
heridos.
Según una fuente citada por SANA el estallido causó grandes daños
en los edificios y locales comerciales cercanos al área del
atentado.
En otras áreas del país, las bandas armadas prosiguieron con las
acciones para crear un clima de intranquilidad e incertidumbre entre
la población, mientras países occidentales enemigos de Siria
continúan la campaña de distorsión de los hechos y tratan de culpar
al gobierno de recientes masacres atribuidas a los grupos
irregulares.