En los meses de verano la población está más interesada en las
vacaciones que en la "política electoral" y es aconsejable no gastar
pólvora ni municiones cuando la atención está orientada en otra
dirección.
El 29 de mayo Mitt Romney recibió una buena aunque esperada
noticia. En las primarias de Texas, obtuvo los necesarios delegados
para garantizar su elección como candidato presidencial en la
Convención Nacional del Partido Republicano.
Y el pasado martes 6 de junio hubo otro hecho que Romney pudo
disfrutar. En Wisconsin, el gobernador Scott Walker (republicano)
venció a su rival demócrata, el actual alcalde de Milwaukee, Thomas
Barrett, en una elección para revocar su mandato demandada por una
alianza de los sindicatos de servidores públicos del estado y de la
nación, grupos progresistas y estudiantiles que quisieron castigar
al gobernador Walker por implantar medidas contra las facultades de
negociación de los sindicatos. El apoyo a Walker fue liderado por el
movimiento Tea Party y los conservadores fiscales y reformistas.
Walker también contó con el apoyo activo del liderazgo republicano,
incluyendo a Romney, así como el apoyo financiero del Superpac
Americans for Prosperity, encabezado por los mil-millonarios
hermanos Koch. Se estima que el gobernador republicano gastó 45,6
millones de dólares frente a 17,9 millones del contrincante
demócrata Barrett.
Wisconsin es uno de la escasa docena de estados oscilantes que
forman el principal campo de batalla en las elecciones de noviembre
y este resultado refuerza en los republicanos la idea de que pueden
ganar ahí los votos electorales. El equipo de campaña de Obama solo
dio tibio apoyo al intento de revocar el mandato de Walker.
Barack Obama también recibió dos días después una esperada, pero
no buena noticia para sus aspiraciones a la reelección. El gobierno
federal informó que en mayo los nuevos empleos crecieron en una
decepcionante cifra: 69 mil, y las cifras correspondientes a los
nuevos empleos en marzo y abril fueron revisadas y reducidas en 10
mil y 49 mil, respectivamente. El desempleo se mantuvo en unos 12,7
millones de personas y la tasa de desempleo en 8,2 %. (Se calcula
que se requieren mensualmente 125 mil nuevos empleos en Estados
Unidos solo para satisfacer la demanda de los que entran en edad
laboral).
Ante la repercusión en los medios de prensa resaltando lo obvio:
que lo revelado favorece las aspiraciones de Romney y afecta
negativamente las de su contrincante, Obama se defendió y durante
varios eventos para recaudar fondos en Chicago y en Minneapolis
argumentó que mucho es atribuible a Europa por la crisis de la
llamada deuda soberana de los países y al Congreso que "no ha
actuado lo suficiente en otras ideas del proyecto de ley (plan de
creación de empleos presentado por Obama en septiembre pasado) que
significarían una diferencia y ayudarían a crear empleos ya".
Romney no perdió oportunidad de atacar a Obama. En declaraciones
a CNBC el mismo 1ro. de junio expresó que las cifras eran "muy malas
noticias para las familias de clase media" y "una severa inculpación
a las políticas del presidente (Obama) y su manejo de la economía".
La situación de la economía de Estados Unidos será el asunto más
debatido en la campaña electoral en el otoño, aunque no
necesariamente el tema decisivo, ya que al final el comportamiento
de los estados claves (los que integran el llamado campo de batalla)
donde son importantes los factores locales, es lo que inclinaría la
balanza hacia uno u otro candidato, en la misma medida que el
resultado del voto electoral sea por más estrecho margen.
Aunque Obama no sea el responsable directo de la situación de la
economía, en la decisión de los votantes pesará mucho el criterio
que se formen sobre la aptitud y habilidad del actual presidente
para jugar el papel de liderazgo que le corresponde. Romney tratará
de llevar a las aspas de su molino el agua de los efectos negativos
de la situación económica para reforzar la imagen de tener la
calificación necesaria para la tarea, presentando como credenciales
la experiencia y resultados de su labor al frente del gobierno de
Massachussetts y los largos años como empresario.
El terreno de la política internacional es el punto más fuerte de
Obama para su aspiración a la reelección, porque es donde menos
puede ser atacado por su contrincante debido al tradicional carácter
"bipartidista" de la política exterior del gobierno de Estados
Unidos.
Las acciones en curso del gobierno de Obama en las situaciones
candentes, tales como la guerra en Afganistán, los intentos de
derrocar al presidente Bashar al Assad de Siria, las amenazas de
acciones militares contra Irán, o las encubiertas acciones
subversivas contra la Revolución Bolivariana (por no hablar de la
política hacia Cuba), no se diferencian en lo sustancial de las
llevadas a cabo por George W. Bush en su proclamada "guerra contra
el terror".
Cada una de estas situaciones candentes puede producir
desarrollos críticos que afecten en corto plazo el clima
internacional, con ramificaciones en diversas áreas geográficas o
consecuencias económicas que cambien sustancialmente el actual
panorama electoral de Estados Unidos, agregando presión a las ya
tensas fuerzas del país y afectando el prestigio de Obama como
líder.
Según las propias declaraciones del Presidente, lo más peligroso
para sus intenciones de reelección es la situación en Europa y sus
consecuencias para la economía. Dos eventos en este mes serán
trascendentes: las elecciones en Grecia el 17 de junio y la reunión
del G-20 en México.
También hay aspectos que sufren fluctuaciones en plazos
relativamente breves. Por lo general, en verano se produce un
crecimiento temporal del empleo que afecta las cifras mensuales del
Buró de Estadísticas Laborales. El precio del petróleo ha estado
bajando en las últimas semanas y ello pudiera llevar aparejado la
disminución, tan importante en época de vacaciones, del precio de la
gasolina, a lo cual el equipo de Obama achaca parte de la culpa por
el poco crecimiento de los empleos en los últimos tres meses. Se
espera que en unas semanas el Tribunal Supremo emita su dictamen
sobre la constitucionalidad de la ley de reforma del sistema de
salud pública promulgado durante la Administración de Obama. Una
decisión de inconstitucionalidad podría tener efectos muy
desfavorables para las aspiraciones electorales de Obama.
Nadie entre los colaboradores de Obama y de Romney se irá de
vacaciones. Cada equipo de campaña dedicará los próximos 80 días a
prepararse para la etapa culminante, la de las llamadas elecciones
generales, que comienzan el 4 de septiembre próximo y se extienden
hasta el 6 de noviembre. Hay dos tareas prioritarias: el programa de
las Convenciones Nacionales y la estrategia a seguir en las
elecciones generales en el ámbito nacional y en cada uno de los 51
estados.
Ya concluida la etapa de las elecciones primarias, el tiempo se
dedicará a organizar la batalla final: determinar las fallas de la
estrategia y la táctica electorales; consolidar las coaliciones con
los distintos grupos de cada partido; reforzar las acciones de
recaudación de dinero; determinar las líneas generales de ataque
contra el candidato contrario durante los últimos dos meses de
campaña; y puntualizar las acciones a desarrollar en los estados,
especialmente en aquella escasa docena que son considerados claves
para alcanzar los 270 votos electorales. En el caso de Romney está
el importante punto de la selección de la persona que lo acompañará
como vicepresidente en la boleta electoral. Después de su victoria
en Wisconsin, ¿estará el gobernador Scott Walker en la lista corta
de posibles compañeros de fórmula de Romney?
(*) Fue Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington
1977-1989 y Viceministro de Relaciones Exteriores.