Como un suceso histórico para la cultura cubana calificó el
maestro Enrique Pérez Mesa la presentación, el pasado fin de semana
en la escena moscovita, de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSNC),
los días 2 y 3 de junio, en el VII Festival de Orquestas Sinfónicas
del Mundo, que tuvo por escenario la Sala de las Columnas, frente a
la Plaza Roja, como parte de los festejos por el Día de Rusia.
"Esta ha sido la gira más importante de mi vida", dijo el también
director titular de la OSNC, quien reconoció que el éxito logrado en
Moscú solo fue posible gracias al alto nivel profesional de los
músicos que hoy conforman la prestigiosa orquesta. "Fuimos a bailar
a casa del trompo, y lo hicimos como nunca. Jamás la orquesta había
hecho una interpretación tan ajustada de la Sinfonía No. 4 en Fa
Mayor, de Chaikovski".
Según testimonios aportados por Roberto Chorens, director general
de la OSNC, fue increíble ver al público puesto de pie varias veces
durante los dos conciertos ofrecidos, un público conocedor de ese
tipo de música y acostumbrado a asistir a grandes conciertos. Entre
las individualidades que más impresionaron destacan el cellista
Alejandro Rodríguez, el trompetista Jorge Rubio y la flautista
Floraimed Fernández.
En presencia de varios músicos y especialistas que laboran con la
orquesta, la prensa cubana tuvo noticias ayer de la mencionada
actuación de los nuestros y supo de su inminente partida hacia Pinar
del Río, donde del 12 al 16 se presentará en varios municipios junto
a los integrantes del Teatro Lírico Ernesto Lecuona, que este año
está cumpliendo su aniversario 50.
Entre otros proyectos inmediatos, la OSNC debe culminar la
grabación de los cinco conciertos para piano de Beethoven,
ejecutados por Frank Fernández, mientras esperan en septiembre la
visita del maestro japonés Yoshikazu Fukumura, quien vendrá junto a
otros músicos de su país.