MATANZAS.— La Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo
Centro (EPEPC) manipula cada año alrededor de dos millones de
toneladas de petróleo equivalente con absoluto respeto ecológico y
sin menoscabo de la eficiencia económica.
La
transportación del hidrocarburo por conductos elimina el riesgo de
contaminación.
Precisamente, el empeño sostenido de esta empresa por llevar
adelante su actividad económica sin perjudicar el medio ambiente,
contribuyó a que recientemente la provincia matancera fuera
seleccionada como sede del Día Mundial del Medio Ambiente, a
celebrarse hoy.
Además de los loables resultados relativos a la disminución de
desechos peligrosos y de productos químicos tóxicos, este
reconocimiento estuvo amparado en el cumplimiento del plan de
reforestación, el crecimiento de la cobertura boscosa, la
conservación de los suelos y el manejo de zonas costeras.
Para la ingeniera geofísica Yodalis Hernández, especialista de
dicha entidad, el mayor mérito es que la Empresa haya incrementado
la producción del preciado hidrocarburo en los últimos años sin
lastimar el medio ambiente. El manejo del hidrocarburo se efectúa en
perfecta armonía con un escenario apreciado por sus bondades
naturales, sostuvo.
Sin embargo, no siempre fue así. El operador Nelson Reyes, con
más de 40 años de experiencia, recuerda que en los inicios del
manejo del yacimiento no se seguía una política dirigida a la
mitigación de los daños medioambientales, y las actividades, tanto
de perforación como de extracción, que ocasionaban perjuicio en una
región bastante poblada.
Expertos precisan que por aquel entonces las antorchas quemaban
aproximadamente un millón quinientos mil metros cúbicos de gas con
un alto porcentaje de azufre.
Al comprender la incalculable trascendencia del desarrollo
sostenible, la Empresa comenzó a tomar un grupo de medidas entre las
cuales descuella el sistema de recolección cerrada del yacimiento
Varadero, lo cual eliminó la contaminación atmosférica en zonas
cercanas al balneario y la localidad de Santa Marta.
Fue grato y útil optar por las llamadas cortinas vegetales,
destinadas a proteger la apariencia natural en los territorios donde
están enclavadas las instalaciones petroleras, así como a aportar al
equilibrio ecológico. Muy importante, insiste Yodalis, fue la
materialización del oleoducto Cárdenas-Varadero, que entre otros
beneficios permitió que el hidrocarburo pudiera transportarse sin
los riesgos que antes implicaba hacerlo por barcos o rastras.
Tanto o más determinante fue la entrada en explotación de la
planta ENERGAS, que además de eliminar las antorchas donde se
quemaba el subproducto gaseoso, aprovechó este para la producción de
electricidad en beneficio de la red nacional, así como para la
obtención de otras sustancias como nafta, gas licuado y azufre.
Lo cardinal, según otros especialistas como Eduardo Rodríguez, al
frente de la Estación de Rebombeo Oeste, es el enfoque preventivo,
pues cada inversión ha contado con su licencia ambiental y existe
control para prevenir y solucionar los principales problemas a
corto, mediano y largo plazos.
Pero el aporte esencial, sin lugar a dudas, es la cultura forjada
en estos años, un personal calificado que asume una postura
inteligente para asegurar el desarrollo sostenible de la actividad
petrolera.
Nelson Reyes, el longevo operador que llegó a la Empresa sin los
conocimientos elementales para trabajar en el petróleo, reconoce que
hoy los obreros no son inexpertos, todos están dotados de buena
preparación; en tanto, los técnicos muestran alto nivel profesional.
Es una garantía para el futuro de la EPEPC, y habla a las claras
del respeto por la naturaleza que siente este colectivo de
trabajadores, un ejemplo de industrias limpias y con vocación de
guardianes del medio ambiente.