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Creatividad de un porcicultor de avanzada
JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN
El
porcicultor guantanamero Rafael Medina González atesora el mérito de
estar en la avanzada en el empleo de los recursos locales en la
alimentación de sus cerdos.
La dieta de sus animales, además de pienso, incluye
indistintamente maíz, girasol, caña de azúcar, boniato, yuca,
sorgo-millo, mango, plátano burro y mapén, todo cosechado en su
finca La Juanica (ubicada en la comunidad La Güira, en la premontaña
del municipio de Manuel Tames) o en áreas adyacentes.
Su práctica de no ceñirse solo al 70 % del alimento que le
proporciona la Empresa Porcina para sacar adelante los convenios de
producción de carne, le ha permitido evitar el deterioro de la masa
ante fallos o atrasos en el suministro del pienso industrial y, más
que ello, vender sus cerdos, de manera sostenida, con peso promedio
de más de 100 kilogramos, de 85 planificados, tras cuatro meses y
medio o cinco meses de adquiridos con apenas siete kilogramos, como
precebas al destete.
Hace tres años este ingeniero agrónomo, socio de la Cooperativa
de Crédito y Servicios (CCS) Ángel Bouza Calvo, pactó su primer
convenio, entonces de 60 cabezas. Hoy dispone de 636, entre precebas
(544), cochinatas, reproductoras, sementales y crías.
Su aspiración es alcanzar este año los 1 000 cerdos, para lo cual
trabaja arduamente en la construcción de cuatro naves semirrústicas.
En el 2011 Medina entregó 58 toneladas de carne en pie, 28 por
encima de las planificadas. Para el año en curso su compromiso es de
100.
YOGUR DE MAPÉN
En su dedicación por alimentar bien a sus animales, Rafael
conoció de las propiedades alimentarias del yogur de yuca, del que
elabora unos 11 mil litros por año. No obstante, avanzó otro trecho
y experimentó con el yogur de mapén o árbol del pan.
El Artocarpus altilis (nombre científico del mapén o
guapén) es un fruto nativo de Indonesia que abunda desde hace muchos
años en Baracoa, Maisí y algunos otros municipios y localidades de
Guantánamo, como La Güira y Casiséis.
Según estudios realizados por Medina (sobre ello versó su tesis
de grado como ingeniero), la producción de mapén en la provincia
supera las 30 mil toneladas, de las cuales apenas se aprovechan unas
4 500, en su mayoría usadas directamente en la alimentación porcina
o por algunas personas que hierven el fruto o lo fríen como vianda.
"El yogur de mapén tiene un 30 % de proteína, el animal lo tolera
mejor que el de otros renglones agrícolas y se obtiene con mayor
rapidez: entre nueve y 11 días, contra 16 como promedio que tarda el
de yuca o el de boniato, al tener el fruto un proceso de degradación
más corto", relata nuestro entrevistado.
Con cosechas de la zona, Medina y los trabajadores que tiene
contratados elaboraron el pasado año 58 toneladas de ese yogur. Este
producto posee alto valor energético por el almidón que contiene, lo
que lo hace idóneo para la ceba, cuando el animal debe ganar peso
rápidamente.
"Ese yogur me representó el 26 % del total del alimento consumido
por mis cerdos en el 2011. Imagínese cuán valioso es disponer de esa
alternativa como alimento no convencional.
"Se elabora echando de 150 a 200 guapenes maduros en un tanque de
55 galones, los que son cubiertos con agua y se les adicionan dos
litros de yogurt de soya como madre. El recipiente se tapa y en
nueve u 11 días queda listo. De este modo, el mapén, hecho harina,
puede sustituir hasta el 30 % del maíz usado en la elaboración de
dietas para cerdos en ceba", refiere Rafael Medina, cuyo afán en el
empleo de fuentes de alimentos locales para la nutrición animal vale
seguir. |