Brasil logró reducir en 2011 la deforestación de la Amazonía a su
nivel más bajo, desde que en 1988 el Instituto Nacional de
Investigaciones Espaciales comenzara a hacer esa medición.
Según datos ofrecidos hoy, la mayor selva tropical del mundo
perdió seis mil 418 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre
agosto de 2010 y julio de 2011, una reducción del ocho por ciento en
comparación con la etapa 2009-2010.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, destacó durante un acto
a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, que más del 80 por
ciento de la vegetación original de esa región se mantiene intacto.
"Esta reducción es impresionante, es el resultado de cambios en
la sociedad y fruto de la decisión política", subrayó la gobernante.
La Amazonia es el bosque primario más grande que queda en el
planeta y alberga más biodiversidad que cualquier otro sitio de la
Tierra, indicó Prensa Latina.
Sin embargo, la deforestación y el cambio climático lo ponen en
peligro.
Una gran proporción de la deforestación en el país, con picos en
las décadas de 1970, 1980 y 1990, se atribuye al desmonte de tierras
para establecer zonas de pastoreo, por intereses comerciales,
especulativos, políticas gubernamentales equivocadas y proyectos
inadecuados del Banco Mundial.
El Gobierno de Dilma Rousseff implementa políticas, heredadas de
su antecesor Inácio Lula Da Silva, para salvaguardar los recursos
naturales del país, a las cuales le atribuye esta disminución de
desmonte.
En apenas unos días, comenzará en Río de Janeiro la Conferencia
sobre Desarrollo Sostenible Río+20, a la que asistirán más de un
centenar de líderes y jefes de Estado.
Paralela a la cita de Naciones Unidas, unas 30 mil personas
protagonizarán la Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y
Ambiental quienes abogarán por la construcción de una nueva forma de
vida en el planeta contra la mercantilización de la naturaleza y los
seres humanos.