Pakistán probó hoy con éxito el misil autóctono Hatf-VII (Babur),
capaz de impactar objetivos a 700 kilómetros y de portar ojivas
convencionales y nucleares, en el quinto ensayo de ese tipo en las
últimas seis semanas.
Según un comunicado del Servicio de Relaciones Públicas del
Ejército, el cohete, de vuelo rasante, está dotado de nuevas
tecnologías digitales que le permiten burlar la detección por
radares y le conceden una precisión milimétrica.
El lanzamiento fue ejecutado desde una plataforma móvil
multiusos, lo cual mejora la orientación hacia el blanco
seleccionado.
Al ensayo, realizado en una zona no identificada, asistieron el
jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército, Khalid Shameem Wynne, y
el director general de la División de Planes Estratégico, Ahmed
Khalid Kidwai.
La prueba consolidará la capacidad de disuasión estratégica de
Pakistán y fortalecer aún más la seguridad nacional, señaló el
comunicado.
Los científicos e ingenieros involucrados en la fabricación y
prueba del arma fueron felicitados por el presidente Asif Alí
Zardari y el primer ministro Yousuf Raza Gilani, reportó la
televisora privada Geo News.
El 25 de abril, seis días después de lanzar la India el Agni-V
(cinco mil kilómetros de alcance, capaz de acoplar cabezas
nucleares), la nación islámica disparó el Shaheen-1, una versión
mejorada de sus misiles balísticos de alcance intermedio, que puede
impactar blancos a 750 kilómetros.
Después (10, 20 y 29 de mayo) probó sucesivamente los denominados
Hatf-III, Hatf-IX y Hatf-VIII, de distintos alcances y todos aptos
para llevar ojivas convencionales y atómicas.
Aunque Pakistán nunca ha revelado el rango de sus cohetes la
mayoría desarrollados con ayuda de China y todos con nombres de
conquistadores musulmanes, expertos en defensa atribuyen a los mayor
alcance de dos mil 500 a tres mil kilómetros, lo que pone a la India
bajo su poder fuego.
Las dos únicas naciones del sur de Asia que integran el club de
potencias nucleares han librado tres guerras desde su independencia
en 1947, dos de ellas por el limítrofe territorio de Cachemira, con
la consecuente preocupación para la región y el resto del mundo,
reportó Prensa Latina.