TIQUIPAYA, Bolivia, 4 de junio.— Las instituciones multilaterales
"no son fines sino medios para lograr el buen vivir de nuestros
pueblos". La Organización de Estados Americanos (OEA) no está a este
nivel, por lo que debe "revolucionarse o desaparecer", afirmó el
presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante su intervención en la
42 Asamblea General, que se realiza en Bolivia.
El mandatario ecuatoriano abogó por una reestructuración del
organismo regional "pues el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos no está al nivel de los cambios" que se están dando en
América Latina, reportó Telesur.
Señaló que en la región los que más hablan de Derechos Humanos y
de libertad son los que apoyaron las dictaduras que "torturaron y
desaparecieron gente en nombre de la libertad".
"La crisis y la falta de eficacia también la podemos ver en la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual está
influenciada, incluso dominada por naciones hegemónicas. Influencia
que se está convirtiendo en un problema serio para nuestros países",
añadió el mandatario.
En tal sentido, Correa señaló que los países democráticos "no
debemos aceptar los principios jurídicos de las grandes potencias,
ni aceptar la doble moral de Estados que deciden sobre la normativa
de la OEA. Es aberrante que la sede de la CIDH esté en Washington y
Estados Unidos no sea signatario del pacto de San José".
Correa denunció el doble rasero que se vive en el continente a la
hora de establecer la justicia, y puso como ejemplo las sanciones
injustas a las que fueron condenados los Cinco cubanos por defender
a su país de los tentáculos del terrorismo, indicó PL.
El jefe de Estado criticó el silencio que mantienen los medios de
difusión al servicio de la derecha sobre su situación, a pesar del
reclamo internacional por su libertad.
Al mismo tiempo, fustigó el injusto bloqueo económico, financiero
y comercial que desde hace más de 50 años mantiene Estados Unidos
sobre Cuba.
El Presidente llamó a buscar la verdadera libertad de prensa, que
debe ser el derecho de los ciudadanos de informarnos a través de los
medios de comunicación, y no el derecho de los dueños de las
imprentas.