"Fueron años muy difíciles, en los cuales se deterioró la
técnica, desaparecieron los cuartones, no había inseminadores, y
hasta los sistemas de ordeño fueron a la ruina, todo lo cual se
tradujo en un violento desplome de la producción lechera, que de 17
millones de litros entregados en su mejor momento, bajó hasta poco
más de un millón en los años más duros", expresa Fausto Vega
Herrera, director de la entidad.
Sin embargo, aquí se mantuvo lo más importante, la tradición
ganadera de sus hombres y el sueño de algún día poder recuperar lo
que con tanto ahínco habían forjado, realidad que ahora toma cuerpo,
gracias a la voluntad de la dirección del país de elevar la
producción de alimentos, reconoce el jefe de La Vitrina.
Explica que ya cuentan con más de 22 mil cabezas de ganado,
distribuidas en cerca de 27 mil hectáreas de tierra, donde se ubican
las 42 vaquerías típicas, y otras algo más rústicas, de las cuales
cuatro están completamente rehabilitadas, mientras se labora en
otras 17, aunque el fin es dejarlas a todas como el primer día,
asegura el directivo.
Entre las acciones acometidas figuran la reposición de los
techos, el acondicionamiento de las naves y los comederos, la
reparación de los sistemas de ordeño mecánico y los aposentos
dedicados a la inseminación artificial, destaca Fausto.
Algunos resultados ya son visibles, asegura Vega Herrera, como la
garantía del 80 % de las necesidades de comida de los animales, a
base de asegurar la caña y el king-grass; la construcción de
349 cuartones y el montaje de 17 de los 35 sistemas de cerca
eléctrica recibidos en fecha reciente, lo que ha permitido tener las
vacas sueltas en el potrero en el horario de la noche, que es cuando
más comen.
Sobre el tema, el director técnico de la entidad, Fernando
Fernández Yánez, abunda en que ya comienzan a recogerse los primeros
frutos de la reanimación. Así, por ejemplo, el pasado año lograron
entregar 2,3 millones de litros del leche, cifra que pretenden
incrementar en la presenta campaña.
Para demostrarlo, ilustra con los resultados mostrados por la
vaquería No. 4, perteneciente a la Unidad Básica de Producción
Cooperativa Cuba-Uruguay, donde es palpable un despegue en la
producción lechera, a partir del rescate de cuatro naves, 65
cuartones, los sistemas de ordeño mecánico y la garantía de agua y
comida para el total de los animales, todo lo cual se ha traducido
en un incremento de casi un 50 % de la entrega de leche, pues si
antes recogían 248 litros diarios, hoy aportan 452.
Al respecto, el jefe de la mencionada unidad, Raimundo Guerra
Barroso, explica que ha sido decisiva la introducción de una nueva
tecnología de pastoreo, creada por el Instituto de Ciencia Animal, a
través de la cual se logra la alimentación a base de king-grass,
a libre demanda, día y noche.
"Este proceder nos ha permitido promediar hasta siete litros por
vaca en ordeño, disminuir la mortalidad a cero y elevar la natalidad
vacuna al 91 %, números que, aunque asombren, resultan alcanzables",
asegura Raimundo.
"Aquí se ha logrado un sentido de pertenencia y de amor por lo
que hacemos como en los buenos tiempos de La Vitrina. Mis hombres
laboran entre 12 y 14 horas cada día; ah, eso sí, ven el resultado
de su trabajo, porque todos ganan por encima de los 1 500 pesos
mensuales, además de la prima que recibirán a fin de año, porque
vinculamos el salario a los resultados finales de la producción y a
la eficiencia en la labor diaria", señala el vaquero.