Cinco acusados de organizar los ataques terroristas del 11 de
septiembre de 2001 en Estados Unidos, comparecerán mañana sábado
ante un tribunal militar en la base naval norteamericana de
Guantánamo.
Las acusaciones formales serán leídas ante un grupo de familiares
de víctimas de los ataques que afectaron a New York, Washington DC y
Pennsylvania, así como periodistas y observadores de derechos
humanos, reporta Prensa Latina.
Después de la lectura de las acusaciones, se efectuará una
audiencia en la cual los abogados defensores planean impugnar los
cargos y las normas de extremo secreto impuestas para impedir que se
difunda información sobre los métodos y estrategia antiterroristas
de Estados Unidos.
La cita judicial se realizará más de tres años después de que el
presidente norteamericano, Barack Obama, aplazara el caso, tras
fracasar en un intento por llevarlo a una jurisdicción civil y
proceder al cierre definitivo de la prisión enclavada en la base
militar estadounidense, que arbitrariamente ocupa parte del
territorio de Cuba.
Los acusados, Khalid Sheikh Mohammed, Ramzi Binalshibh, Waleed
bin Attash, Mustafa Ahmad al-Hawsawi, y Ali Abd al-Aziz Ali, podrán
impugnar las acusaciones en su contra, que incluyen asesinato y
terrorismo, y l tribunal piede imponerles la pena de muerte.
Está previsto que el juicio tardará alrededor de un año, y
mientras tanto, los acusados se mantendrán en una sección secreta de
la prisión de Guantánamo, bajo rigurosas medidas de seguridad.
Los encartados afrontan acusaciones que incluyen dos mil 979
cargos de homicidio, uno por cada persona que murió en los ataques
del 11 de septiembre de 2001 en los que aviones comerciales fueron
secuestrados y estrellados contra el Centro Mundial de Comercio, en
la ciudad New York; el Pentágono y un campo en Shanksville,
Pensilvania.
Grupos de derechos humanos e integrantes de la comunidad jurídica
norteamericana han expresado sus dudas acerca de la profundidad de
las reformas, e insisten que este caso debe ser visto por un
tribunal civil, a pesar de la negativa del Congreso de Estados
Unidos.