Los países que conforman la Unión Suramericana de Naciones (Unasur)
intentarán este viernes definir nuevas estrategias contra el crimen
organizado trasnacional, ante riesgo que este implica para la
seguridad regional.
De esa manera, desde ayer los ministros de Defensa, Interior,
Justicia y cancilleres del bloque buscan en la ciudad de Cartagena
de Indias colombiano articular acciones conjuntas que permitan hacer
más efectiva la lucha contra los diferentes delitos transnacionales,
reporta Prensa Latina.
Sobre esta temática, el titular colombiano de Defensa, Juan
Carlos Pinzón, advirtió que la delincuencia trasnacional es la más
grave amenaza para la seguridad y la estabilidad de la región.
Pinzón sostuvo que ese fenómeno se relaciona directamente con una
serie de actividades ilícitas de alcance global, articuladas en
forma de redes complejas y con gran capacidad de adaptación.
Entre ellas mencionó el problema de las drogas, el tráfico de
armas, la minería ilegal, la trata de personas, la corrupción, el
lavado de activos, los delitos cibernéticos y la conexión entre
pandillas delictivas.
Frente a ello Pinzón propuso mejorar la coordinación entre las
Fuerzas Armadas y las instituciones que en los diferentes Estados
suramericanos tienen responsabilidades en temas de seguridad y
justicia.
Ello, según explicó, con el propósito de fortalecer la lucha
contra el terrorismo, la corrupción, el tráfico de armas, el
problema mundial de las drogas y contra la trata de personas, entre
otros delitos transnacionales.
Asimismo, La secretaria general de la Unasur, María Emma Mejía,
abogó por consolidar la región como una zona de paz.
Al intervenir en la primera jornada de una reunión ministerial de
la Unasur en Cartagena de Indias, Caribe colombiano, Mejía calificó
de histórico el encuentro que concluirá hoy.
La voluntad de los países que conforman la Unasur para luchar
contra las nuevas modalidades de crimen transnacional organizado es
garantía de los buenos resultados que arrojará esta cita, expresó.
A su vez, la funcionaria llamó romper lo que definió como cultura
de lo ilícito que contagia la región y que busca penetrar las
instituciones y acabar con generaciones enteras.
A su turno, el presidente pro tempore de la Unasur, el paraguayo
Jorge Lara, afirmó que hay un gran desafío en la región, ante un
crimen transnacional no respeta fronteras, Estados, ni marcas
legales.
En tanto, Ecuador y Venezuela coincidieron en la necesidad de
crear una nueva instancia de derechos humanos, independiente de la
Comisión Interamericana de derechos Humanos (CIDH).
Al respecto, el ministro ecuatoriano de Defensa, Miguel Carvajal,
subrayó que su país ha planteado la necesidad de que en esos temas
la región sea capaz de desarrollar instancias específicas dentro de
la Unasur.
Explicó que la propuesta de Quito se basa en la multiplicidad de
ocasiones en las que los organismos internacionales de derechos
humanos han abusado de la confrontación política interna.
Por ello, dijo, lo que se pretende con una nueva instancia es
proteger y profundizar los derechos sociales, humanos y políticos de
una región que busca más democracia, equidad y desarrollo
sustentable y se perfila con una proyección a futuro interesante.
Por su parte, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, se expresó
en similares términos al llamar a los países de la región a crear
una nueva instancia de derechos humanos, independiente de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
En ese sentido, Maduro invitó a que la Unasur y la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) construyan sus propias
instancias para que velen por los derechos humanos desde la
experiencia de esos bloques.
El canciller venezolano abogó así por desmontar la CIDH,
dependiente de la OEA.
Nosotros decimos a nuestros hermanos de América Latina y el
Caribe, ha llegado el momento de desmontar esa estructura decadente
de la CIDH, dijo Maduro a periodistas.