El Gobierno boliviano nacionalizó el 1 de mayo, con motivo de los
festejos por el Día del Trabajo, la totalidad de las acciones de la
Red Eléctrica Española en la Empresa Transportadora de Energía, una
noticia que le dio la vuelta al mundo en apenas minutos.
El presidente Evo Morales anunció la nacionalización de la
referida compañía mediante el Decreto Supremo 1214, entre otros
argumentos porque, desde que fue privatizada en 2007, las
inversiones apenas llegaron a los cinco millones de dólares al año,
reporta Prensa Latina.
La decisión del Ejecutivo contó con el respaldo de organizaciones
sociales y sindicales, entre ellas la Central Obrera Boliviana, de
marcada hostilidad hacia el Gobierno en los últimos meses.
Juan Carlos Trujillo, secretario ejecutivo de la principal
organización obrera del país, aseguró que "todo lo que vaya en
beneficio de los trabajadores, del Estado, en base a la
nacionalización, eso lo apoyamos".
Según Trujillo, la medida forma parte de lo aprobado en el XV
Congreso de la Central Obrera Boliviana, en el cual se "exigió y
pidió nacionalizar todas las empresas productivas del país".
Mientras, el líder del Concejo Nacional de Ayllus y Markas del
Qullasuyu de La Paz, Horacio Yugar, manifestó su satisfacción por
los decretos promulgados en favor de los trabajadores del país.
"Saludamos la nacionalización que acaba de anunciar nuestro
hermano Presidente de la cadena de distribución de energía
eléctrica. Sentimos felicidad porque esta es una muestra de que
nuestro hermano Presidente está escuchando al pueblo", aseguró
Yugar.
Para Yugar, el paso dado por el Gobierno profundizará el proceso
de transformación del aparato productivo y, además, generará trabajo
y un ingreso económico estable.
Por otra parte, el representante de los trabajadores de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, Mario Loza, enfatizó
que la nacionalización de la Empresa Transportadora de Electricidad
redundará en beneficio de los obreros. En tanto, Liberato Moya,
funcionario de la empresa eléctrica de esta capital, consideró que
la incautación de las acciones de la referida entidad, como de
tantas otras en el país, conviene al Estado porque constituye un
sector estratégico.
MAYO, EL MES DE LAS NACIONALIZACIONES
Desde que asumió como presidente, Evo Morales reservó para los
primeros días de mayo decisiones importantes, entre ellas varias
nacionalizaciones y rescisiones de contratos de concesión.
En mayo de 2006, poco después de llegar al Palacio Quemado, el
mandatario decretó la nacionalización de los hidrocarburos,
especialmente el gas, considerado la principal fuente de divisas del
país, e inició la negociación de nuevos contratos de explotación con
empresas extranjeras.
Dos años después, en mayo de 2008, otro decreto presidencial dejó
en manos del Estado el 100 por ciento de la Compañía Logística de
Hidrocarburos, hasta entonces en manos alemanas y peruanas.
Ese mismo mes se concretó la nacionalización de la Empresa
Telefónica (Entel), hasta entonces filial de la italiana Telecom,
una determinación de la cual el Gobierno boliviano se ha
vanagloriado en muchas ocasiones, porque la entidad demostró hasta
el momento la eficiencia de las empresas estatales.
Por si fuera poco, en ese mismo mes de 2008, el Estado recuperó
la mayoría accionaria -50 por ciento más uno- de las pretroleras
Chaco, Panamericam Energy (pertenecientes al grupo British Petroleum),
además de Andina, una de las filiales de Repsol YPF.
También de Transredes, transportadora de hidrocarburos,
perteneciente al consorcio británico Ahsmore y a la anglo-holandesa
Shell.
El 1 de mayo de 2009, justo un año después, el jefe de Estado
decidió nacionalizar la Air BP, filial de la británica British
Petroleum, encargada de garantizar el combustible en los aeropuerto
de Bolivia, y al mismo tiempo anunció que indemnizaría a los hasta
entonces propietarios.
Doce meses, después, otra vez el primer día de mayo, le llegó la
hora a cuatro empresas eléctricas, entre ellas la Corani,
subsidiaria de la francesa GDF Suez, a la cual indemnizó en octubre
de 2011 con 18.4 millones de dólares.
También a la Guaracachi, que tenía como principal accionista, con
el 50 por ciento de las acciones a la firma británica Rurelec PLC;
además de Valle Hermoso, con la mitad del capital en manos de The
Bolivian Generating Group de la Panamerican de Bolivia.
Ese día también se nacionalizó la cooperativa distribuidora
Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica de Cochabamba.
Un día después, el 2 de mayo, Morales nacionalizó la pequeña
fundidora de antimonio Empresa Metalúrgica Vinto-Antimonio, filial
de la suiza Glencore, la cual había dejado de operar desde hacía
algunos años.
OTRAS NACIONALIZACIONES
Al presidente boliviano no le tembló la mano para tomar
decisiones trascendentales en otros meses y tan temprano como en
octubre de 2006, confiscó las acciones de la mina de estaño de
Huanuni.
En abril de 2008 ordenó la transformación de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (Ypfb) en una corporación para
dirigir la nacionalización petrolera y creó la Empresa Boliviana de
Industrialización de los Hidrocarburos.
Y en octubre del mismo año, Ypfb firmó un convenio con Repsol YPF
para comenzar la gestión de Ypfb-Andina, siempre con participación
minoritaria para empresa hispano-argentina.
Mientras, en enero de 2009, el mandatario boliviano anunció la
nacionalización de la petrolera Chaco, con participación de British
Petroleum y la argentina Bridas, a las cuales acusó de sacar del
país 277 millones de dólares en el año anterior.
El gobierno boliviano no se limitó solo a las empresas de
hidrocarburos o a las industrias, y en febrero de 2009 ordenó la
expropiación de 36 mil hectáreas de tierras a hacendados, entre
ellas 15 mil a la familia estadounidense Larsen Metenbrik, por
utilizar como siervos a indígenas guaraníes.
Como premisa, el gobierno boliviano solo confiscó hasta el
momento aquellas entidades en las cuales puede tener un papel
protagónico y aunque el mandatario no lo dijo abiertamente hasta
ahora, no existe cruzada alguna contra el capital foráneo.
Incluso, en la inauguración de la planta de procesamiento de gas
en el campo Margarita, coincidió con el presidente de Repsol, el
español Antonio Brufau, y le aseguró que su empresa siempre sería
respetada como socio.
"Reconozco y reconocemos el liderazgo de Repsol, una de las
empresas más grandes de todo el mundo, y su inversión siempre será
respetada como socio. Bolivia todavía necesita inversión, necesita
socios pero no dueños de nuestros recursos naturales, ni dueños de
nuestros servicios básicos", aseguró el Jefe de Estado.