KABUL. — El estallido de un coche bomba en el aeropuerto afgano
de Jalalabad ocasionó 10 muertos y más de 23 heridos, asumido por el
Talibán en represalia por la profanación del Corán en la base
estadounidense de Bagram.
El portavoz gubernamental de Nangarhar, Ahmadsia Abdulsai,
precisó a la prensa que los fallecidos son seis civiles, dos
policías y un soldado y los lesionados 19 funcionarios afganos y
cuatro soldados de la Fuerza Internacional para la Asistencia a
Seguridad (ISAF), comandada por la OTAN.
La explosión se registró cerca de una base militar de la OTAN en
la terminal aérea y destruyó además cuatro vehículos en ese complejo
militar, empleado por Estados Unidos y sus aliados.
Los talibanes se atribuyeron la autoría del hecho y afirmaron que
el atacante suicida condujo el vehículo hasta la puerta de acceso al
aeropuerto y detonó los explosivos en momentos que las ISAF
cambiaban el turno de guardia.
"Este ataque es en venganza contra esos soldados que quemaron
nuestro Corán en la base de Bagram", aseguró el vocero talibán
Zabiula Mujahid, en un mensaje electrónico.
Los insurrectos afganos aseguraron además que uno de sus
combatientes envenenó comida y bebida de la base militar de Estados
Unidos en Torcham, cercana a Jalalabad y fronterizo con Pakistán,
donde murieron cinco soldados estadounidenses intoxicados.
La acción contra la base de Jalalabad ocurrió a menos de 24 horas
de que dos asesores militares de Estados Unidos, un teniente coronel
y un mayor, resultaron muertos tras recibir disparos en la cabeza en
su oficina del Ministerio del Interior, en el centro de Kabul
capital.
El presidente Hamid Karzai llamó a la calma, pero miles de
personas colmaron la víspera las calles en la norteña provincia de
Kunduz, donde siete soldados de la OTAN resultaron heridos con
granadas lanzada por manifestantes.
Los insurgentes afganos urgieron a los soldados y policías
afganos a disparar contra los de Estados Unidos y la OTAN ocupantes
del país, y desde entonces perdieron la vida nueve militares del
Pentágono víctimas de ese tipo de acciones.
La embajada de Washington en Kabul advirtió sobre una amenaza
elevada para los ciudadanos de ese país en Afganistán y muchos
occidentales se recluyeron en sus complejos fortificados.
Más de 30 personas han muerto en diversos incidentes a causa de
la violencia desatada tras la profanación del Corán por militares
estadounidenses de la Base de Bagram, localizada a unos 50
kilómetros al norte de Kabul.