Populares músicos cubanos, con Juan Formell y José Luis Cortés a
la cabeza, abogaron por defender y redimensionar los géneros
bailables de la isla ante la avalancha de ritmos foráneos ajenos a
la idiosincrasia criolla.
Reunidos en el habanero Museo del ron por la reciente aparición
del libro Los reyes de la salsa, de Rafael Lam, destacados
intérpretes como Moisés Valle (Yumurí), Miguel Ángel Rasalp (Lele),
Pedro Calvo y Eliades Ochoa coincidieron en la necesidad de promover
con más fuerza la música popular cubana.
En una suerte de descarga que lideraron Cortés y un grupo de
jóvenes instrumentistas, la espontaneidad cedió paso a la
improvisación vocal de buena parte de los allí presentes.
Hicieron gala de su virtuosismo, además, dos veteranos pianistas:
Gonzalo Rubalcaba y Lázaro Valdés, quienes evidenciaron el arraigo
del que gozan sus creaciones.
Es momento de poner bien en alto a la música cubana, señaló Lam
previo al concierto, y enfatizó que fue esta la que dio al pueblo su
identidad, su unidad y alegría.
Considerado entre los más sobresalientes cronistas locales, el
también periodista rememoró su primer encuentro con Cortés en una
gira por los barrios capitalinos.
Me di cuenta de que hacía algo distinto. Él lo cambió todo, se
alimentó de Formell y de Irakere, y me hizo montarme en el tren de
la salsa, subrayó.
El encuentro, en el que también participaron Amado Valdés (Buena
Vista Social Club), Senén Suárez, Lazarito Valdés (Bamboleo) y
Orlando Valle (Maraca) abrió la brecha a un futuro festival de la
salsa cubana.
Los reyes de la salsa, publicado por la editorial José Martí,
recoge en síntesis la historia de la música popular de Cuba en el
siglo XX y el empleo del término a inicios de aquella centuria y
precisa los orígenes de la llamada salsa y sus principales cultores
dentro y fuera del país.