SANTIAGO
DE CUBA.— La Sociedad Tumba Francesa La Caridad de Oriente, primera
institución cubana declarada por la UNESCO Obra Maestra del
Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad (2003), celebró el
último 24 de febrero los 150 años de creada en plantaciones de amos
franceses, localizadas en tierras de El Caney.
A pesar del paso de los años, en este exponente de la cultura
universal perviven los toques de tumbas francesas y bailes de salón,
mediante la preservación de elementos originarios, entre los cuales
sobresalen los grandes tambores, el ritmo, los cantos a coro, el
colorido de la coreografía y el elegante vestuario.
Andrea Quiala Venet, descendiente de las familias Venet-Danger
que le dieron origen, y actual presidenta de la Sociedad, señaló que
fieles a los tradicionales ritmos africanos y danzas francesas,
cuentan con 26 integrantes de uno y otro sexos, cuyas edades oscilan
entre los siete y 72 años de edad.
A la significativa celebración se dedicó una jornada cultural que
ha incluido homenajes de reconocimiento en el Museo del Carnaval y
la Fundación Caguayo, una exposición fotográfica reveladora de su
trayectoria, y la develación en su sede de una tarja acreditativa a
la condición concedida por la UNESCO.
Verdaderamente emotivo resultó el encuentro sostenido con la
Tumba Francesa de Guantánamo Santa Catalina de Ricci o Pompadour,
que junto a la Bejuco, de Sagua de Tánamo, Holguín, conforman el
trío de estas formaciones nacidas en plantaciones cafetaleras
orientales, que han sobrevivido hasta nuestros días.
Por la memorable celebración se llevó a cabo la gala cultural
Frenté, Yubá y Masón: 150 años de identidad cubana, en el teatro
Martí, que tras la actuación de los invitados Dagoberto Gainza, la
agrupación de El Cobre Voces del Milagro, el Cabildo Carabalí Olugo
y el grupo teatral Macubá, de Fátima Patterson, cerró con lo mejor
de la Tumba Francesa La Caridad de Oriente.