En
el mundo del cine, como en la propia vida, el tiempo puede sepultar
una obra o llevarla hacia lo más alto del imaginario colectivo de
los espectadores. En este último caso aparece una cinta argentina
que se estrenó hace ya dos décadas y con el paso de los años ha
cobrado valor de símbolo para varias generaciones de
latinoamericanos. Eso explica que, a pesar de haberla visto mil
veces, muchos sigan disfrutando, como el primer día, la
extraordinaria experiencia que significa reencontrarse cara a cara
con El lado oscuro del corazón.
Los golpes de efecto de la película, de Eliseo Subiela, son
resultado también de una banda sonora que impacta como una
revelación en las emociones del espectador y subraya magistralmente
su argumento narrativo. De ahí que no son pocos los que atesoran en
su colección personal este puñado de piezas que más bien parecen
otro poema musicalizado. El responsable de este misterio de la
creación sonora es Osvaldo Montes, un ser que, como el personaje
central de la trama, tiene mucho de tipo bohemio que recorre las
noches bonaerenses para encontrar la fuente de inspiración.
"El lado oscuro¼ es un ejemplo
clásico de magia porque todos los que participamos en su creación
sentimos que fuimos parte de algo muy importante. Yo, por mi lado,
estoy orgulloso de haber trabajado en esa cinta que marcó un antes y
un después en mi carrera", explica el compositor argentino a este
redactor durante su más reciente viaje a la Isla.
El laureado músico lleva sobre los hombros una trayectoria de
referencia en el séptimo arte. Por sus manos ha pasado la música de
filmes como Tango Feroz, Plata Quemada, Cenizas del
paraíso, (Marcelo Piñeyro) y Pequeños Milagros, de Eliseo
Subiela. A su expediente artístico sumó hace poco su primera obra
junto a un realizador cubano. Se trata de la banda de sonido para el
filme Vinci, del director y guionista Eduardo del Llano,
estrenado a inicios de año en el circuito cinematográfico local.
"Fue una gran experiencia el trabajo en esa película que tiene
muchos valores artísticos y la exigencia a nivel de música es muy
diferente. Es una cinta que representa muy bien las búsquedas
creativas de un grupo de cineastas latinoamericanos", expresa.
Por otra parte, sin embargo, sus vínculos con músicos cubanos
tienen larga data. Ahí están, por ejemplo, sus conciertos habaneros
junto a Síntesis, Xiomara Laugart, Changuito, entre otros. Ahora, le
llegó el turno de colocar su talento al servicio de la cantautora
Liuba María Hevia. "Ha sido una gran satisfacción producir el disco
de tangos clásicos de Liuba. Pero no es un material purista porque
la influencia cubana está muy presente", aclara.
Montes sonríe al confesar que no se impone requisitos a la hora
de incorporarse a una película. Pero inmediatamente después acota:
"Hasta ahora no he rechazado ninguna propuesta. Por lo único que lo
haría es porque tuviera un contenido con el que ideológicamente no
estuviera de acuerdo. De lo contrario no hay ninguna exigencia,
porque solo soy un colaborador más de los cineastas sean de donde
sean".