Osvaldo Montes, compositor

Solo soy un colaborador más de los cineastas

MICHEL HERNÁNDEZ
michelher@granma.cip.cu

En el mundo del cine, como en la propia vida, el tiempo puede sepultar una obra o llevarla hacia lo más alto del imaginario colectivo de los espectadores. En este último caso aparece una cinta argentina que se estrenó hace ya dos décadas y con el paso de los años ha cobrado valor de símbolo para varias generaciones de latinoamericanos. Eso explica que, a pesar de haberla visto mil veces, muchos sigan disfrutando, como el primer día, la extraordinaria experiencia que significa reencontrarse cara a cara con El lado oscuro del corazón.

Los golpes de efecto de la película, de Eliseo Subiela, son resultado también de una banda sonora que impacta como una revelación en las emociones del espectador y subraya magistralmente su argumento narrativo. De ahí que no son pocos los que atesoran en su colección personal este puñado de piezas que más bien parecen otro poema musicalizado. El responsable de este misterio de la creación sonora es Osvaldo Montes, un ser que, como el personaje central de la trama, tiene mucho de tipo bohemio que recorre las noches bonaerenses para encontrar la fuente de inspiración.

"El lado oscuro¼ es un ejemplo clásico de magia porque todos los que participamos en su creación sentimos que fuimos parte de algo muy importante. Yo, por mi lado, estoy orgulloso de haber trabajado en esa cinta que marcó un antes y un después en mi carrera", explica el compositor argentino a este redactor durante su más reciente viaje a la Isla.

El laureado músico lleva sobre los hombros una trayectoria de referencia en el séptimo arte. Por sus manos ha pasado la música de filmes como Tango Feroz, Plata Quemada, Cenizas del paraíso, (Marcelo Piñeyro) y Pequeños Milagros, de Eliseo Subiela. A su expediente artístico sumó hace poco su primera obra junto a un realizador cubano. Se trata de la banda de sonido para el filme Vinci, del director y guionista Eduardo del Llano, estrenado a inicios de año en el circuito cinematográfico local. "Fue una gran experiencia el trabajo en esa película que tiene muchos valores artísticos y la exigencia a nivel de música es muy diferente. Es una cinta que representa muy bien las búsquedas creativas de un grupo de cineastas latinoamericanos", expresa.

Por otra parte, sin embargo, sus vínculos con músicos cubanos tienen larga data. Ahí están, por ejemplo, sus conciertos habaneros junto a Síntesis, Xiomara Laugart, Changuito, entre otros. Ahora, le llegó el turno de colocar su talento al servicio de la cantautora Liuba María Hevia. "Ha sido una gran satisfacción producir el disco de tangos clásicos de Liuba. Pero no es un material purista porque la influencia cubana está muy presente", aclara.

Montes sonríe al confesar que no se impone requisitos a la hora de incorporarse a una película. Pero inmediatamente después acota: "Hasta ahora no he rechazado ninguna propuesta. Por lo único que lo haría es porque tuviera un contenido con el que ideológicamente no estuviera de acuerdo. De lo contrario no hay ninguna exigencia, porque solo soy un colaborador más de los cineastas sean de donde sean".

 

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