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Una treintena de artistas de la plástica de Cuba y Ecuador exponen
en esta capital la muestra "Desde la mirada, mujeres cazadas",
proyecto cultural en el que se reivindica a las féminas del entorno
patriarcal.
En la sede del Ministerio de Cultura de Ecuador se instaló esta
exposición en distintas técnicas, en presencia del viceministro de
esta esfera, Wilson Mayorga, quien expresó a Prensa Latina su
satisfacción por la confluencia de artistas de diversos orígenes,
edades y conceptos.
Mayorga señaló que es objetivo del gobierno ecuatoriano
democratizar los espacios públicos para superar la connotación
elitista y excluyente del arte, por lo cual es muy simbólico mostrar
este trabajo de un colectivo que refleja el papel de la mujer en la
sociedad y el movimiento cultural. La escritora Ghislaine Izaguirre,
quien encabeza este propósito, agradeció a las artistas, a las
autoridades de ambos países, y en particular al director de cultura
de la provincia cubana de Holguín, Alexis Triana, por impulsar esta
idea desde el evento cultural de las Romerías de Mayo.
El consejero cultural de la Embajada de Cuba en Quito, Basilio
Gutiérrez, señaló que este es un ejemplo de cuánto comparten ambos
países, cuyas historias se cruzan una y otra vez, y ahora para hacer
un canto al derecho de la mujer a la independencia y a la dignidad.
Entre las exponentes, Ana Ballesteros señaló a Prensa Latina que
no pintaba desde el 2006 por barreras que ella misma se había
impuesto, y sin embargo este proyecto la hizo volver a tomar un
pincel y en apenas dos días hizo uno de los cuadros que presentó en
esta ocasión.
La prestigiosa bailarina ecuatoriana María Luisa González,
fotografiada en una de las obras, se congratuló de que este sea un
espacio de propuestas individuales con miradas múltiples de la
realidad que circunda a las artistas.
Josefina Enriqueta de la Torre, de origen manabita, conocida por
Glenda y quien firma sus cuadros con el seudónimo de Vainilla, se
unió a esta iniciativa motivada por la obra de la escritora
Ghislaine, quien, dijo, rompe en sus narraciones con el cautiverio
al que se ha sometido la mujer misma a partir de la crianza
tradicional de las familias.