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Cuba ratifica su voluntad de continuar fortaleciendo
las relaciones con los países miembros de CARICOM
Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, en la sesión inaugural de la IV
Cumbre CARICOM-Cuba, Trinidad y Tobago, el 8 de diciembre de 2011,
"Año 53 de la Revolución".
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Honorable
Kamla Persad-Bissessard, primera ministra de Trinidad y Tobago;
Honorable Denzil Douglas, primer ministro de San Cristóbal y
Nevis, presidente en ejercicio de CARICOM;
Honorables Primeros Ministros y Presidentes de los países
miembros de CARICOM;
Su Excelencia Embajador Irwin LaRocque, secretario general de
CARICOM;
Distinguidos Jefes de Delegaciones, Ministros, Representantes de
Organismos Regionales e Invitados Especiales.
Deseo expresar al pueblo y a las autoridades de Trinidad y Tobago
el más sincero agradecimiento por las muestras de amistad y
solidaridad que ha recibido la delegación cubana desde nuestra
llegada a este hermano país.
Reconozco especialmente la magnífica preparación del evento y la
dedicación con que la Honorable Kamla Persad-Bissessard y su equipo
de gobierno han creado las condiciones para la realización de la IV
Cumbre CARICOM-Cuba.
En un futuro, tal vez cercano, el Presidente que en ese caso
represente a mi país podrá hacerlo en inglés: I speak english very
very bad (Risas).
Realmente mi mamá siempre tuvo la preocupación de que
estudiáramos, como todas las madres, y en un colegio interno donde
estábamos de tres a cuatro meses; salíamos de visita para ver a la
familia, vivíamos en el campo. Mi mamá me ponía una profesora extra,
en la casa, de inglés, una magnífica mujer que era jamaicana y de la
cual guardo un magnífico recuerdo; pero cuando mi mamá daba la
espalda, yo me iba a jugar pelota o béisbol, y le recomendaba a la
maestra que no informara nada a mi mamá. No sé qué ella haría, se
vería en un dilema; pero la cuestión era que mi mamá siempre andaba
cayéndome detrás por los campos de pelota que quedaban cerca de la
casa.
Es decir que ya a mi edad va a ser difícil, pero el próximo debe
hablar inglés. Es una necesidad para nuestro país, no solo por las
proximidades de los vecinos del Norte; si fuera por eso, preferíamos
ser mudos; lo hacemos no solo por la importancia de ese idioma a
escala mundial en todos los aspectos, sino, además, porque somos
caribeños, y todos los caribeños, como muy bien expresaba la
honorable Primera Ministra de Trinidad y Tobago, deben hablar
español y a su vez inglés, en el caso de los hispanoparlantes
(Aplausos).
Un día como hoy, 39 años atrás, cuatro países caribeños que
habían alcanzado su independencia decidieron, de manera valiente y
soberana, establecer relaciones diplomáticas con Cuba.
Cuba no olvidará jamás tan noble gesto y reconocerá eternamente
la actitud de los líderes Errol Barrow, Forbes Burnham, Michael
Manley y Eric Williams, quienes abrieron el paso a una relación
basada en el respeto mutuo, la amistad y la cooperación entre los
países miembros de CARICOM y Cuba.
El próximo año conmemoraremos el 40 aniversario de aquel
acontecimiento histórico de 1972, relevante para el Caribe y de
enorme trascendencia para Cuba. Nos proponemos celebrarlo dedicando
la Feria Internacional del Libro, el evento cultural más
significativo del movimiento editorial cubano, en el año 2012, al
Caribe, sus obras y sus autores, como reconocimiento a la cultura y
el pensamiento común de nuestros pueblos. Es una actividad que no
solo se celebra en la capital de la república, se celebra en todas
las capitales de provincias, en todas las ciudades y en una buena
cantidad de los 168 municipios que tiene mi país.
El cambio
climático es una evidente amenaza global que reclama soluciones
urgentes
Nuestra IV Cumbre tiene lugar en un momento en que la humanidad
enfrenta grandes desafíos y peligros.
Recientemente en Caracas, en el marco de la Cumbre constitutiva
de la CELAC referí que "compartimos un mundo complejo y convulso, en
el que los pueblos se rebelan contra las injusticias, las políticas
imperialistas de saqueo, la concentración de la riqueza, la
corrupción y el abuso del poder. Se trata de un fenómeno expresado
particularmente en el Norte de África, el Medio Oriente, casi toda
Europa y Norteamérica. Es expresión del colapso de despiadados
modelos económicos neoliberales ya conocidos y repudiados en nuestra
región. Es también un mundo en el que las grandes potencias violan
el Derecho Internacional, ejercen su dominación mediante el uso de
la fuerza y agreden a naciones soberanas al amparo de pretextos y
manipulaciones".
Al evaluar nuestros desafíos comunes, resulta imposible obviar el
creciente impacto de la crisis económica global, cuya envergadura y
alcance aún se desconocen. Sus efectos devastadores se extienden por
todos los continentes.
Los países del Sur padecemos las distorsiones de un orden
económico mundial que excluye nuestros intereses legítimos. Sufrimos
el impacto del proteccionismo y del incremento sostenido de los
subsidios y los precios de alimentos e hidrocarburos. Las
poblaciones de los países en desarrollo somos las principales
víctimas del agotamiento del modelo imperante y del saqueo de los
recursos naturales.
El cambio climático es una evidente amenaza global que reclama
soluciones urgentes —y repito el término urgentes—, justas y
equilibradas, que involucren de forma real y efectiva a todos los
países del mundo. En este aspecto, que lesiona con particular
crudeza la viabilidad de los Pequeños Estados Insulares del Caribe y
el Pacífico, el egoísmo y la falta de voluntad política de los
países de-sarrollados no ha permitido dar una respuesta decidida y
abarcadora para detener el creciente deterioro ambiental, ni otorgar
a nuestras naciones el trato especial que requiere su condición
insular.
Estudios realizados recientemente por científicos cubanos durante
los últimos cinco años sobre vulnerabilidades de los sistemas
costeros en nuestra región, alertan que la elevación del nivel del
mar entre el 2050 y el 2100 estará en un rango entre 27 y 85
centímetros, realidad con fuertes implicaciones geográficas,
demográficas y económicas para nuestros estados insulares. En el
caso de Cuba, se estima en el estudio que en el 2050 podría quedar
sumergido de forma permanente un 2,32 % del territorio nacional, lo
que implicaría que de no tomarse las medidas de adaptación —que ya
iniciamos paulatinamente—, se afectarían 79 asentamientos costeros y
15 desaparecerían totalmente, y no son los más importantes por la
cantidad total de afectación —para no extender mucho estas
palabras—, experiencia que les trasmitiríamos a todos los países del
Caribe y de otras regiones del mundo que les interese.
Realmente que se afectarían 79 asentamientos y que 15
desaparecerán totalmente no es un dato exacto, van a ser muchos más
si se produce esta elevación del mar. De un 27 % el año cincuenta y
un 85 % a fin del siglo, que, como ustedes saben, el tiempo pasa
rápido y, más que el tiempo, pasamos nosotros; el tiempo es el
mismo. Y si ahora decimos dentro de 50, 80 o 100 años, nos parece
que es mucho tiempo; pero cuando ya hemos vivido 80 años y miramos
hacia atrás, nos parece estar viendo que fue hace un rato.
No tengo el dato en este momento, mentalmente, de qué porcentaje
de nuestra población en nuestra condición de país insular vive cerca
del mar. Cuba es, además, un país de alrededor de 111 000 kilómetros
cuadrados, con un eje longitudinal de unos 1 250 kilómetros; o sea,
largo y estrecho, y, por lo tanto, hay una enorme cantidad de
ciudadanos que viven cerca del mar. No es solo este dato de 79
asentamientos y que 15 de-saparecerán. La costa sur, una gran parte
de la costa sur de la isla es muy baja, y aunque no quede
permanentemente sumergida en las aguas del Mar Caribe, cada vez que
haya tormenta o una simple surgencia del mar por un estado de mal
tiempo, las aguas invadirán parte del territorio y aunque regresen
después a su situación normal o anterior, nos dejarán una terrible
salinidad con consecuencias en la agricultura, además de los demás
elementos que he mencionado que serán bastante terribles.
Ya hemos empezado a tomar medidas: algunas poblaciones que fueron
arrasadas en el sur, por ejemplo, en la provincia de Camagüey, donde
la población exigía que se le construyera en el mismo lugar su
vivienda, fui personalmente allí, les hablé a todos los afectados y
les expliqué que no podríamos construírselas en el mismo lugar por
todos los elementos anteriores que tenemos, incluso desde 1932. En
ese pueblo, llamado Santa Cruz del Sur, hay un monumento que
representa la mano de un ahogado, de varios metros, que está
señalando, después de un huracán, la retirada del mar. Allí un
maremoto arrasó sencillamente con todas las personas que había en
dicho lugar; fueron miles los muertos. No fue difícil convencerlos,
naturalmente, de que tenemos que seguir usando las viviendas que no
fueron dañadas por ser más resistentes, pero todas las nuevas las
hicimos varios kilómetros más al norte de su antigua ubicación. Y ya
empezamos a manifestar que no podemos seguir construyendo en muchos
lugares bajos de las costas. Y esto sucedió en el 2008 cuando tres
huracanes en el lapso de dos meses, que fueron bastante fuertes,
afectaron todo el país; hubo uno que empezó por las provincias
orientales y salió por el occidente. Hubo otro, el primero, de
nombre Gustav —no somos no-sotros los que les ponemos los nombres en
esa área, antes tenían nombres de mujer; ya alternan, un año de
mujer y otro año de hombre—, que nos agarró la isla mayor después de
Cuba, la Isla de la Juventud, y cuando la sobrevolé en helicóptero
después de este evento natural, parecía un golpe nuclear lo que
había recibido, sobre todo empezando por las viviendas más frágiles.
Es decir que fueron, además, cientos de kilómetros de carreteras
afectados, y miles de postes telefónicos y eléctricos que van por
esa ruta. Una costosísima carretera de unos 250 kilómetros, promesa
que hicimos durante la guerra de liberación a los campesinos de la
Sierra Maestra, que fue muy costosa, tardamos varios años en
concluirla, ya se nos está desbaratando por los golpes del mar, no
por huracanes solamente, sino por un simple mal tiempo.
Perdonen que me he extendido en estos datos, pero siendo todos,
teniendo todos una condición insular, creo que son interesantes y es
uno de los temas que debemos estudiar, por lo que pueden contar con
nuestra modesta cooperación en todos los países caribeños. Creo que
puede ser útil para poder prever el futuro y paliar los daños que
nos pueden hacer, sobre todo para preservar las vidas humanas.
En estos tres huracanes, en estos desastres que les estábamos
señalando, no hubo ni un solo muerto en esos pueblos arrasados
porque sen-cillamente los habíamos evacuado horas antes.
CARICOM y
Cuba continuarán su camino de integración efectiva y mutua
solidaridad
Por esa realidad, el enfrentamiento al cambio climático debe ir
acompañado de la transferencia de tecnología del Norte
industrializado al Sur subdesarrollado y del acceso a nuevos
recursos financieros que garanticen que nuestros países puedan
adaptarse y adoptar medidas que les permitan su desarrollo
sostenible.
La ausencia de progresos concretos hacia una solución real en las
negociaciones sobre Cambio Climático responde a la actitud
irresponsable de quienes se benefician del irracional despilfarro,
las catástrofes y las confrontaciones bélicas. Los resultados de la
17 Conferencia sobre Cambio Climático, que cerrará sus sesiones
mañana en Durban, Sudáfrica, muestran, hasta ahora, que no cubrirán
las necesidades legítimas e imprescindibles de los países
subdesarrollados, en particular, de los pequeños estados insulares
en desarrollo.
En este complejo contexto global, CARICOM y Cuba continuarán su
camino de integración efectiva y mutua solidaridad.
Cuba no olvida el reclamo caribeño de poner fin al bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto a nuestro noble y heroico
pueblo por el gobierno de los Estados Unidos hace más de cincuenta
años, cuya esencia ha permanecido inalterable. Los "cambios" tantas
veces anunciados por el actual Presidente de los Estados Unidos, no
han ido más allá de cierta flexibilización a los viajes a Cuba de
los ciudadanos cubanos residentes en los Estados Unidos y a la
remisión de sus remesas, que fueron las últimas hazañas llevadas a
cabo por el anterior presidente, o sea, un tal Bush (hijo). Las
expectativas de la llamada Cumbre de las Américas del 2009, en esta
ciudad, no trascendieron la retórica, mucho menos ahora que entramos
en año de elecciones.
América Latina y el Caribe avanzan hoy hacia nuevas y superiores
formas de integración, con la convicción de que nos une la defensa
del derecho de los pueblos de la región, como parte inseparable del
proyecto soñado por los próceres de nuestra independencia.
La conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños es una muestra de que avanzamos en el camino correcto.
Cuba actuará con pleno compromiso, convencida de que la integración
latinoamericana sería imposible e incompleta sin el Caribe y de que
los intereses de CARICOM han de ser también los de toda nuestra
región.
La Comunidad del Caribe ha desarrollado relaciones de amistad y
respeto entre sus miembros y ha acumulado una experiencia
organizativa y de trabajo que deberá ser aprovechada en el proceso
de consolidación y fortalecimiento de esta naciente organización, la
CELAC, que será un largo camino, lleno de obstáculos, incluso los
que surgen de nosotros mismos y una de las cuestiones fundamentales
en medio de esa diversidad y tolerancia es poder tener paciencia y
avanzar continuamente, poco a poco, pero siempre avanzando y nunca
estancándonos.
En esta cita de hermandad caribeña reiteramos la responsabilidad
histórica y ética de América Latina y el Caribe con la hermana
República de Haití, la primera en alcanzar la independencia en
nuestra región, donde se produjo la primera revolución social
victoriosa en la historia de la humanidad. Debemos continuar
esforzándonos para contribuir a su reconstrucción y su desarrollo,
con estricto apego a la voluntad de su gobierno y a las necesidades
de su pueblo.
En cuanto a nuestra colaboración con el hermano pueblo haitiano y
el modesto esfuerzo que realizamos allí, he reiterado, en más de una
ocasión, que permaneceremos en Haití los años que sean necesarios,
si el Gobierno de esa nación así lo dispone.
Un Caribe unido y solidario es nuestro único camino. La
cooperación que hemos desarrollado entre nosotros cuenta con logros
innegables en las áreas de la salud, la educación, la agricultura y
el enfrentamiento a los desastres naturales, que ya fueron citados
en la mañana de hoy por la honorable Primera Ministra de Trinidad y
Tobago. Cuba ratifica su voluntad de continuar fortaleciendo las
relaciones con los países miembros de CARICOM y de encontrar
fórmulas que permitan la ejecución de nuevos proyectos de
colaboración e incrementar la eficacia de los ya existentes.
Muchas gracias (Aplausos). |
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