El barrio en movimiento

Ortelio González Martínez

Por estos días La Clementina es un hervidero de barrio. La joven de la UJC ayuda a poner las plantas ornamentales en el separador de la calle. Orencio Osorio Martínez, director del seminternado trabaja en el parque de la comunidad y mientras otros permanecen al tanto del trompo que trae la mezcla para construir aceras donde jamás existieron.

Entre todos se reparten las tareas para transformar la comunidad.

Todo eso, y más, ocurre hoy en una comunidad avileña que nació con nativos de la zona de La Cuba, pero con el paso de los años fue poblándose de guantanameros, santiagueros y granmenses que llegaron a brindar su brazos en el desarrollo agropecuario.

Anteriormente en La Clementina las organizaciones de masa no funcionaban bien, tampoco había estabilidad en los servicios de muchos organismos. Sin embargo, con las acciones emprendidas la comunidad se ha transformado totalmente, muestra irrefutable de que el barrio responde cuando se le guía y orienta.

Desde que comenzó este movimiento, aparecieron constructores, electricistas, y muchas ideas por parte de los vecinos, con el único objetivo de cambiarle el rostro y la vida a La Clementina. También se han sumado los trabajadores y directivos de la empresa La Cuba y de las cooperativas de producción agropecuaria 26 de Julio, Paquito González y Revolución de Octubre.

A Enrique Ávila Matamoros, presidente de la CPA Revolución de Octubre, por ejemplo, le tocó apoyar el programa interno de mejoramiento y construcción de casas. "Aquí viven 35 trabajadores de mi CPA y tenemos el deber moral de ayudarlos, pero sin dejar de producir en el campo".

Entre ellos, unidos a otras entidades y organismos, se reparten tareas como la reparación de los consultorios, los viales, la farmacia, el terreno de pelota y la piscina que estaba en desuso.

Y en la plaza recién reparada, está Orlando Concepción, director de la compañía artística D’ Morón Teatro, junto a varios de los artistas que por estos días andan con la mochila al hombro dándole vida espiritual a los habitantes, como parte del proyecto Crecidos por la Cultura.

Así, mañana será fácil entender por qué hoy se puede recorrer las calles de La Clementina, intransitables hace unos días atrás, o por qué en breve tiempo quedarán formados los primeros promotores culturales de un barrio que comenzó a moverse y destierra los lamentos.

 

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