A esta cita cotidiana con el deber, los reservistas asisten como
bastión fundamental, teniendo en cuenta que los principales mandos y
unidades militares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) se
completan con estas fuerzas. Para conocer más sobre ese aspecto,
Granma visitó varias unidades de la Región Militar de La Habana.
Al cumplir el Servicio Militar Activo (SMA), los soldados pasan a
la reserva hasta un límite de 45 años de edad, lo que implica la
necesidad de renovarla constantemente. Con este propósito, se
concibió Mi Guardia por la Patria, que consiste en un ciclo de
instrucción general de un mes, cada cinco años, en unidades de la
reserva de las FAR.
La preparación de los reservistas comprende una primera etapa de
diez días para los oficiales, donde se preparan metodológicamente
para impartir las clases, y de 20 para los sargentos y soldados, en
la cual se entrenan con un ejercicio de tiro. En ambos casos reciben
la preparación para el cargo que van a ocupar en tiempo de guerra.
Durante el proceso de movilización se trabaja por las unidades de
conjunto con los sectores militares y las áreas de atención de los
municipios, quienes unidos visitan al hombre, comprueban su
disposición y estado de salud, y se realizan las coordinaciones con
los respectivos centros de trabajo.
Desde el pasado mes, más de 170 oficiales y soldados reservistas
del capitalino municipio de 10 de Octubre, se preparan en una unidad
de artillería terrestre del Ejército Occidental. Al conversar con el
soldado Abel Muñoz Labaut, de 37 años, corroboramos la idea de que
todos al cumplir el SMA conocen que, desde entonces, integran la
reserva de las FAR y pueden ser movilizados en cualquier momento.
Acompañado de una mochila y el fusil, nos explica que recibió la
citación y los pormenores de la movilización un mes antes, por eso
al llegar a la unidad, ya conocía que la estancia sería en
condiciones de campaña.
Tanto para Abel como para Yohan Francisco Destrade, Abdel Watt,
Yohanne Monier, y otros, que aún no rebasan los 25 años de edad, Mi
Guardia por la Patria es oportuna y provechosa pues constituye una
vía para fortalecer el conocimiento y dominio del armamento y
alistarse como verdaderos guardianes de la Patria.
Para el primer teniente de la reserva Alberto Andrés Alzugaray,
sus más de cuatro décadas de vida y las más de diez veces que ha
estado movilizado no son limitantes para permanecer una vez más en
campaña. "Este es el momento que tengo para actualizarme en los
nuevos conceptos de la lucha armada", apunta.
En un escenario parecido encontramos a reservistas del municipio
de Plaza de la Revolución, también de la capital, que se preparan
como comunicadores y como operadores de una dotación de un complejo
coheteril antiaéreo. Mientras unos reciben clases, otros dan
mantenimiento a la rampa de lanzamiento. Allí encontramos bancarios,
empresarios, gastronómicos, dirigentes administrativos... , y hasta
colegas nuestros.
Entre ellos está el subteniente Maximiliano Plácido y los
soldados Rafael Martínez, Alaín Cruz, y Pedro Noriega Figueredo,
quienes han estado movilizados con anterioridad en más de una
ocasión.
Al igual que ellos, cientos de miles de reservistas en todo el
país, sin importarles el fango, los mosquitos o simplemente la
lejanía de sus hogares, asisten a su preparación militar en Mi
Guardia por la Patria como muestra de la capacidad movilizativa de
nuestro pueblo en defensa de la nación.