Al
Festival de La Habana llegó la obra del dramaturgo, poeta y Premio
Nobel de Literatura, Harold Pinter (1930-2008), considerado uno de
los máximos exponentes del arte dramático inglés de la segunda mitad
del siglo XX. El homenaje, introducido por un elenco de reconocidos
actores del teatro, el cine y la televisión de ese país europeo,
incluyó un coloquio sobre la estética del autor, la proyección del
filme Trabajando con Pinter y dos funciones de la puesta en
escena Una noche con Harold Pinter, en el Museo Nacional de
Bellas Artes.
La
película, con dirección de Harry Burton, muestra varios procesos de
montajes teatrales que dirigió el fallecido escritor, así como
devela sus impresiones y pensamientos sobre el teatro, el trabajo
con el actor y su prolífico proceso de creación. Durante el
conversatorio posterior, los actores Roger Lloyd Pack —mundialmente
conocido por su personaje Bartemius "Barty" Crouch, en la película
Harry Potter y el cáliz de fuego—, Andy de la Tour y Susan
Wooldrigde, quienes tuvieron la suerte de ser dirigidos por Pinter,
explicaron cómo el humor fue uno de los elementos cruciales de sus
textos y expresaron el deseo de que "el trabajo de Pinter sobreviva
tanto tiempo como el de Shakespeare".
Mientras, la puesta en escena —a cargo de Andy de la Tour—
combina durante casi dos horas, fragmentos de escenas, piezas
clásicas, poemas y prosas del que también fuera considerado un
consagrado activista político y amigo de nuestro país.
La fiesta de cumpleaños, escrita en 1958; El cuidador
(1959); Retorno al hogar (1964); Traición (1979);
El lenguaje de la montaña (1988) basada en su viaje a Turquía
con el dramaturgo norteamericano Arthur Miller; y No Man¢ s Land,
uno de los últimos montajes que dirigió, fueron algunas de las obras
que los siete actores interpretaron y leyeron junto a sketches, el
discurso de aceptación del Nobel (considerado su testamento
político), y los poemas Previsión del tiempo, Puede que la
muerte esté quedando vieja, Recado, Células cancerosas
y Dios.
Con poderosísima presencia escénica y consagrado oficio, los
protagonistas de las funciones: Adjoa Andoh, David Michaels, Myra
Sands, Rebecca Thorn, Andy de la Tour, Susan Wooldrigde y Roger
Lloyd Pack, demostraron una vez más la vigencia del lenguaje
universal del teatro a pesar de las barreras idiomáticas y la salud
de la obra de Pinter a tan solo cuatro años de su desaparición
física.
Heredero del teatro del absurdo de Beckett, Ionesco y Genet,
Pinter inició su carrera en 1957 con La habitación. El
peculiar estilo de sus obras —mezcla de realismo y misterio—,
abundante en el lenguaje elusivo, a veces cómico, las fantasías
eróticas y obsesiones, celos y odios, ha sido calificado como
"teatro de la inseguridad". Para la posteridad, Pinter dejó escritas
29 obras teatrales algunas tan significativas como Una noche de
juerga, su obra más realista, Silence (1968), One for
the Road (1984) o Celebration (1999) lo convirtieron en
figura del teatro británico, cuya influencia determinó toda una
generación de dramaturgos.
Igualmente para la pantalla grande, el escritor construyó 21
adaptaciones y guiones, entre ellas El sirviente (1963) y
El mensajero (1971), de Joseph Losey, El último magnate
(1976), de Elia Kazan, y La mujer del teniente francés
(1981), de Karel Reisz. Escritos suyos también fueron publicados de
manera habitual en los periódicos británicos The Guardian y The
Independent.
Al entregarle el Premio Nobel, la Academia Sueca sostuvo que
Pinter "devolvió el teatro a sus elementos básicos: un espacio
cerrado y un diálogo impredecible, donde la gente está a merced de
cada uno y las pretensiones se desmoronan [...] descubre el
precipicio que subyace en las diarias cuestiones cotidianas y fuerza
la entrada a los cuartos cerrados de la opresión".