|
Moldes para un buen hacer
Elementos prefabricados de calidad que ahorran
madera, concreto y tiempo en la ejecución de las obras
GERMÁN VELOZ PLACENCIA
HOLGUÍN.— Los miembros de la Brigada de Producciones
Complementarias de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gran Panel VI
se sientes satisfechos. Su esfuerzo diario para producir elementos
prefabricados que luego verán incorporados a viviendas, así como su
ingenio para asegurar los moldes, les han ganado un reconocimiento
en la provincia.
Los
Bloques U tienen 40 centímetros de longitud. Entre enero y
septiembre fabricaron más de 5 300 unidades, es decir, lo suficiente
para unas 86 viviendas.
Dos de sus principales surtidos son Panel T y el Bloque U. El
empleo de estos en las casas edificadas por el sistema Sandino
ahorra madera y concreto, así como disminuye el tiempo de ejecución
de las obras.
De acuerdo con el ingeniero Fernando Lee Torres, director de
desarrollo de la delegación provincial del Ministerio de la
Construcción (MICONS), al usar esos elementos se suprimen las
decenas de metros cuadrados de madera que serían necesarios para el
encofrado superior de una casa de tres habitaciones, sala comedor,
cocina, baño y portal
Luis Manuel Martínez Matos, jefe de la Brigada, manifiesta que
los 18 hombres que comanda pretenden incrementar la producción
diaria, de manera que sea equivalente a tres casas. De haber tenido
estabilidad en el abastecimiento de arena artificial —la cual ha
faltado varias veces en lo que va de año por las reiteradas roturas
de los molinos—, hubiéramos podido estar por arriba de los 3 479
paneles elaborados desde el 2010, cuando arrancamos con ese renglón,
comenta.
Alberto Suárez Arzuaga asegura que no habrá dificultades con los
moldes. Para elaborarlos recuerda que, en equipo con Orlando
Salvador Pereda, analizaron detalladamente los prototipos que
llegaron al establecimiento, procedentes de la Planta de
Prefabricado Sandino, de Cueto, y de la Empresa Constructora
Integral No. 3, de Moa.
También ensamblaron el molde de las celosías que actualmente
fabrican. Con él, en un turno de 8 horas un trabajador hace cien
unidades. El que usaban era muy complejo y tres hombres hacían 48 en
igual tiempo.
Uno de los aportes más relevantes se concreta en la fabricación
de lavaderos dobles, que ahora consumen 18 kilogramos de hormigón
por unidad, en lugar de los 48 necesarios antes de las
modificaciones que hicieron en la altura y el peso de las piezas de
los moldes. Por esa misma razón son fáciles de desmontar a las 24
horas del proceso de fraguado, sin temor a dañar los cuerpos
fundidos.
Alberto no permanece conforme con lo hecho. Ahora se ha propuesto
mejorar la estructura de los moldes para peldaños de escaleras de
caracol. También piensa en variantes para que estas giren hacia la
izquierda, porque las producidas hoy, con una dirección contraria,no
siempre satisfacen las necesidades de quienes edifican o modifican
viviendas.
Este producto había desaparecido de las ofertas en la provincia,
pero los deseos de hacer aportes mayores los llevó a retomar su
fabricación seriada. "Desde el pasado año hasta hoy hicimos más de 2
600 peldaños, que dan para 223 escaleras", argumenta José Rodríguez
Reyes, técnico de producción.
LA SUPERACIÓN CONDUCE A LA CALIDAD
Igualmente, el colectivo confecciona losas goteros para aleros de
viviendas, vertederos interiores y balaustres de diferentes tipos,
explica Mario Mayo Pérez, quien ejerce el multioficio, como el resto
de sus compañeros.
"Aquí rotamos por los puestos de trabajo, de acuerdo con la
necesidad de sacar adelante un producto. Por eso, lo mismo fundimos
los lavaderos, que hacemos celosías o cualquier otra cosa. No es
cuestión de práctica, sino de superación. Yo empecé como ayudante,
después me califiqué como albañil y fundidor."
El índice de rechazo de los elementos prefabricados es muy bajo,
de ahí el ahorro de cemento, acero y arena, posible a la vez por el
cumplimiento de las normas de consumo y el control sobre los
recursos en general.
Cuidan con esmero los equipos. De otro modo no dispondrían de los
moldes de las escaleras de caracol, conservados celosamente durante
tres lustros. El ejemplo que más ilustra es la hormigonera, que
supera los 30 años de explotación y fue recuperada por Orlando
Salvador.
A pesar de su sencillez, estos trabajadores no pueden disimular
el orgullo cuando comunican que constructores de las provincias de
Las Tunas, Granma, Ciego de Ávila y Guantánamo los han visitado en
busca de conocimientos, métodos de organización y experiencias en
general. Así, se han ido prefabricando una identificación de
calidad. |