Inyectándole vida al bosque

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

El 90 % de supervivencia que alcanza en la siembra de árboles la Granja Agroforestal de Montaña Desembarco por Duaba, en Yateras, Guantánamo; las 90 hectáreas que reforesta por año y el fomento de numerosas especies maderables y frutales, avalan la labor de este colectivo en una tarea de tanta trascendencia para la protección de las aguas y los suelos en buena parte de la cuenca hidrográfica del río Toa.

foto del autorSiembra de majagua en el sitio conocido por Los Lazos.

Alexis Rojas Romero, especialista forestal de la granja, cuenta a Granma que en el último quinquenio plantaron 490 hectáreas, cantidad certificada, al igual que la supervivencia, por el Servicio Estatal Forestal.

En lo que va de año, argumenta, superamos las 60 hectáreas y tenemos listas las posturas para cumplir con la cantidad planificada en los meses que restan, que es cuando se alcanza el mayor número de plantaciones por la humedad del suelo.

La seguridad de Alexis en alcanzar la meta la sustenta el desempeño del colectivo, y en especial de mujeres como Marina San Miguel Roja y Yannelis Cardosa Reyes, las trabajadoras responsabilizadas con la atención al vivero, donde se garantiza el desarrollo de la mayor parte de las posturas.

Otra cantidad importante la producimos en dos microviveros, amplía el especialista, quien asegura que en esas tres unidades logran 14 especies de árboles de probada importancia maderera y una decena de frutales, todas con favorable comportamiento en la zona. Entre las primeras están la majagua, caoba, cedro, yamagua, palma real y pino. Como frutales destacan la naranja, mandarina, limón dulce, coco y albaricoque.

EL BOSQUE ES SINÓNIMO DE VIDA

"Cada vez que deposito una semilla en una bolsa siento que es para darle más vida al bosque, por eso siempre lo hago con amor y cuido de ella para que su desarrollo sea saludable", asegura Marina San Miguel, mientras parihuela en mano, riega aserrín en los pasillos entre las pequeñas plantas.

Vecina de Trivilín, comunidad próxima a Bernardo de Yateras, esta serrana de 60 años no piensa aún en la jubilación pues, como afirma: "Todavía tengo que hacer más por el bosque, que es sinónimo de vida, por la protección que brinda al medio ambiente y por las riquezas que entrega al hombre y los animales".

Neubis Cobas Michel, director de la granja, precisa que ya tienen producidas las posturas comprometidas para la siembra de este año y que además de las simientes desarrolladas en bolsa, también siembran por estaca (el bambú) y directamente el ocuje y el najesí.

En verdad es digno de visualizar el verde compacto que proporciona a la floresta de esta zona la labor de reforestación emprendida por los trabajadores de la granja, con el apoyo comunitario.

El desarrollo de áreas de ocuje o de majagua, dan fe de la seriedad con que se ha trabajado en unas montañas donde es vital esta actividad por la cantidad de afluentes del Toa que nacen en ellas, como son los ríos Mal Nombre y Peña Prieta, entre otros; o por el mero hecho de proteger buena parte del cauce del más caudaloso de los torrentes cubanos.

La elevada supervivencia de las plantaciones denota, asimismo, el empeño que pone el colectivo en la calidad de la semilla, la siembra y el mantenimiento a las plantas.

Meritoria es la labor de esta granja, además, en la prevención de los incendios forestales (hace años no reporta ninguno) y en el combate sin tregua contra la quema y la tala ilícitas. Por mucho que el equipo periodístico avistó a la redonda, nunca pudo observar un peladero que develara una de esas ilegalidades que tanto dañan al suelo.

 

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