con cifras imprecisas de muertos y heridos debido a enfrentamientos
violentos, pese al llamado del presidente al cese del fuego, informó
Prensa Latina.
Una multitud de simpatizantes del mandatario, que se autodefinen
como defensores del orden constitucional, marchó por el boulevar 70
en el sur de Sanaa para dar la bienvenida a Saleh, quien regresó
este viernes tras más de tres meses de convalecencia en Arabia
Saudita.
Con banderas yemenitas y fotos de su líder, los
progubernamentales se movilizaron tras escuchar el sermón de las
plegarias colectivas en el que se acusó a la oposición de pretender
dar un golpe de Estado.
"Te amamos, Alí", coreaban varios manifestantes mientras
canciones trasmitidas por medios oficiales repetían que "mientras tú
(el presidente) estés bien, nosotros también lo estamos y Yemen está
bien".
Por su parte, el boulevar 60 fue la ruta principal de los
opositores que enarbolaron fotos de muertos durante las revueltas
iniciadas el 27 de enero para exigir la dimisión del jefe de Estado
y de algunos de los más de 100 caídos en los últimos cinco días de
confrontaciones.
Los inconformes urgieron a las fuerzas de seguridad, en
particular la Guardia Republicana que dirige un hijo de Saleh, a
detener la matanza de su propio pueblo.
Entretanto, la televisión estatal trasmitió un mensaje del
presidente que instó a los ciudadanos al cese del fuego y describió
el diálogo como el único medio para poner fin a la crisis nacional.
Dado que Saleh no dio ninguna señal de pretender renunciar al
cargo inmediatamente, la oposición reaccionó con irritación y volvió
a reclamar su dimisión mientras se movilizaba junto a miembros de
tribus y soldados desertores bajo las órdenes del general Alí Mohsen
Al-Ahmar.
"Su regreso significa más divisiones, más escalada violenta y
confrontación", afirmaron algunos adversarios del gobernante al dar
por sentado que éste puede volver a abortar una iniciativa del
Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico para la transferencia
pacífica del poder.
La iniciativa, que cuenta con el visto bueno de Estados Unidos y
la Unión Europea, estipula que Saleh ceda el cargo a su
vicepresidente en 30 días para formar un gobierno provisional con la
oposición en el plazo de dos meses y luego convocar a elecciones
generales.
Ese plan ya ha sido rechazado en tres ocasiones anteriores por el
presidente, aunque la semana pasada autorizó a su vicemandatario
para negociarlo con sus adversarios políticos.
Por otro lado, opositores ven el regreso de Saleh a Yemen como
una oportunidad para juzgarlo por varios delitos, a pesar que la
iniciativa del Golfo Pérsico le concede inmunidad judicial a él y su
familia, si se aparta definitivamente del cargo.