Fábrica El Faro

Gema de la industria conservera en Cienfuegos

Pasa el mejor momento productivo de su historia, gracias a la eficiencia laboral y el suministro estable de materia prima

JULIO MARTÍNEZ MOLINA

Emblema de esta rama en Cienfuegos, la Fábrica de Conservas El Faro atraviesa ahora, según consideran sus directivos y trabajadores —e indican los resultados productivos—, el momento más feliz de una rica historia, en ascenso permanente.

Fotos del autorEl maestro dulcero Mejías prepara la pulpa de mango.

Sin interrumpir la producción, la unidad de la Industria Alimentaria fue objeto de una reparación en mayo —molinos y calderas— que mejora sus condiciones para el compromiso de entrega de pulpa de mango —latas de 5 galones, con un contenido de 19 kilogramos— a fábricas de Sancti Spíritus y La Habana encargadas de elaborar la compota de nuestros niños.

José Roberto Sosa, administrador del centro, afirma que el objeto social no se limita a ello, sino a la confección de mermelada y concentrado para dulcerías del territorio, así como de 600 kilogramos diarios de puré de tomate y ketchup, destinados a la venta liberada en la propia unidad u otras dependencias.

La operaria Luisa descarga la fruta en la nave del molino.

La tecnóloga de la fábrica, Mariela Pérez, destaca la introducción de la línea productora de un galón (3, 33 kilogramos) de mermelada de mango, guayaba, trozos de frutabomba, salsa para pizza, puré de tomate y ketchup; surtidos que, enlatados, se comercializan a través de la Cadena Especializada de Gastronomía. También ofertan otras de 420 gramos.

El principal enclave productor conservero sureño tiene un plan de producción anual de 1 408 toneladas métricas, equivalentes a 4 525 315 pesos, el más alto de la fábrica desde su creación.

Al cierre de mayo ya habían elaborado 927 toneladas métricas, debido a la eficiencia laboral y la estabilidad de la materia prima, tanto de frutas y hortalizas como de los envases.

ZAFRA DEL MANGO

Aquí están enfrascados en lo que denominan la zafra del mango. Reciben un promedio diario de 37,5 toneladas, suministradas por el Ministerio de la Agricultura. "La garantía en el abastecimiento redunda en los actuales resultados", asevera el administrador.

Eso, unido a la productividad del trabajador. Sus 40 obreros —diez menos que en el 2010—, laboran de forma intensa en producción continua, en turnos de doce horas.

Luisa Alpízar, obrera de la nave del molino, quien se encarga de seleccionar la fruta limpia y eliminar las cáscaras en mal estado o los desperdicios, considera que únicamente con disciplina, sentido de pertenencia y deseos de trabajar, es factible tal eficiencia.

La respaldan en su juicio el maestro dulcero Frank Mejías y el almacenero Osley Suárez. "Si no se toma el trabajo a pecho y con voluntad, no hay fábrica que avance", comenta el último.

El mango recibido, en su mayor parte, es de buena calidad. La especialista de Calidad de la fábrica, Rosa María Cardoso, afirma que rechazan las magnitudes sin los parámetros requeridos para su procesamiento en la industria. Otras, de rango intermedio, son admitidas, pero con un descuento en el precio de compra.

Los trabajadores de El Faro sobrecumplieron todos sus compromisos productivos, desde enero hasta mayo. La excelente cosecha de mango en este 2011 los ha ayudado; también fue positivo el nivel de tomate almacenado —a diferencia del año anterior, cuando fallaron en este indicador.

De proseguir los actuales valores productivos podrían acercarse a las 3 000 toneladas métricas de producción total al finalizar el año, lo cual constituiría una verdadera hazaña laboral.

EFICIENCIA ENERGÉTICA Y BUENAS NUEVAS

En El Faro todo se hace sin sobrepasar los índices de consumo energético. Al contrario, no utilizan ni el 30 % del plan mensual. Eso se debe —observan el administrador y la tecnóloga— a la producción constante sin interrupciones: así demanda menos consumo de electricidad.

José Roberto y Mariela resaltan la aprobación del financiamiento para instalar una línea completa de producción. Incluye volteador, lavadora, línea de selección, un evaporador —hoy no lo poseen—, envasadora de minidosis, retractiladora y máquina de sellado.

La fábrica cienfueguera lo amerita, lo merece el empeño de su gente para hacer cuanto les corresponde, y todavía un poco más.

 

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