El Tribunal Penal Internacional para Rwanda, que sesiona en
Tanzania, condenó a cadena perpetua a la exministra Pauline
Nyiramasuhuko, por su responsabilidad en el genocidio de 800 mil
tutsis en 1994.
La extitular y su hijo Arsene Shalom Ntahobali, condenado a igual
pena, lideraron un grupo de seis personas juzgadas por crímenes de
lesa humanidad, asociados al casi exterminio de la población tutsi
por el gobierno extremista hutu.
El tribunal la encontró también culpable de incitar a la
violación de mujeres durante la masacre, perpetrada entre abril y
junio de 1994.
Esta es la primera vez que un tribunal internacional juzga a una
mujer por esos cargos, dio a conocer Prensa Latina.
La cifra de muertos en la masacre es imprecisa: algunas versiones
hablan hasta de un millón, pero los 800 mil reportados por la ONU
equivalen al 11 por ciento del total de la población y las tres
quintas partes de los miembros de la etnia tutsi.