El hacinamiento en los penales impide poner en marcha estrategias
de reinserción social, destaca un informe de la Comisión de
Seguridad Pública del Senado mexicano ante la sesión del Parlamento
Latinoamericano (Parlatino), difundido hoy.
El análisis revela que el crecimiento de la población
penitenciaria en México es consecuencia del abuso de la detención
preventiva, y que su número casi triplica la capacidad de las
cárceles, reportó Prensa Latina.
En la actualidad unos 227 mil reos habitan prisiones con espacios
para 172 mil 418 reclusos, precisó Felipe González, presidente de la
comisión especializada del Senado en el debate sobre el tema ante el
Parlatino, el cual concluye hoy sus sesiones aquí.
González informó que igual están saturados los centros
penitenciarios federales, donde hay capacidad para 13 mil 214
reclusos, pero se mantienen 30 mil 754.
Este hacinamiento, asegura el análisis, provoca actos de
corrupción, incentiva la proliferación de redes delictivas, las
cuales incluso distribuyen drogas para el consumo interno.
La sobrepoblación favorece la corrupción entre reclusos,
custodios y autoridades, señaló González.
Según la valoración presentada al Parlatino, es práctica común en
las cárceles mexicanas la mezcla de reos con asuntos menores y los
de alta peligrosidad, muchos provenientes de organizaciones del
crimen organizado y el narcotráfico.
La mayoría de las cárceles mexicanas constituyen universidades
del crimen y lugares desde donde operan extorsionadores,
secuestradores y narcos, detalla el análisis.
Tales problemáticas exigen una reforma del sistema penitenciario,
concluye el informe ante el Parlatino, el cual recomienda diseñar
políticas para privilegiar el modelo preventivo y una nueva ley para
normar la operación de la infraestructura penitenciaria actual.