Tras analizar la crisis griega, los líderes de la Unión Europea
(UE) debaten hoy algunas propuestas para introducir un nuevo matiz
al Tratado de Schengen sobre libre circulación, informó Prensa
Latina.
Fuentes comunitarias adelantaron que los jefes de Estado y de
Gobierno pretenden adicionar cláusulas al convenio para que, en
casos extraordinarios, los países firmantes puedan reintroducir sus
controles.
El análisis en la cumbre llega con posturas contrapuestas como
las de Francia y Dinamarca, que querían restringir más allá la libre
circulación, y las de otros, como España, cuyas posiciones radican
en mantener inalterable el Tratado Schengen.
La decisión de someter a debate el documento responde a presiones
de París y Roma, como medida para combatir recientes oleadas de
inmigrantes, principalmente del norte de África.
En declaraciones a la prensa, el Secretario de Estado de
Seguridad de España, Antonio Camacho, afirmó que el arribo de
extranjeros extracomunitarios no constituye razón suficiente para
suspender Schengen.
El funcionario refirió que en 2006 su país pudo enfrentar una
crisis inmigratoria sin tener que restablecer controles
transfronterizos.
La propuesta para someter a revisión el Tratado, apoyada por la
Comisión Europea, solo busca contentar a los electores de extrema
derecha, opinan observadores políticos.
En la reunión de Bruselas, no obstante, prevalece la voluntad de
preservar la libertad de movimientos en la zona Schengen, acuerdo
firmado en 1985 por los países miembros de la UE, menos Irlanda,
Reino Unido, Bulgaria y Rumanía.
También pertenecen a ese pacto Noruega, Islandia y Liechtenstein.
En la segunda jornada de la cumbre, iniciada la víspera con el
tema de la crisis griega, los líderes europeos también abordarán el
ingreso al espacio sin frontera de Bulgaria y Rumanía.
A inicios del presente mes, los ministros del Interior de los
Veintisiete decidieron posponer la solicitud de ambos estados al
menos hasta septiembre para antes revisar aspectos relacionados con
el control de fronteras, visados y cooperación judicial.
Al ingreso de Rumanía y Bulgaria a Schengen, que debe aprobarse
por unanimidad, se oponen Francia, Alemania y, sobre todo, Holanda.