El VIII Salón Nacional de Arquitectura que comenzó este jueves en
Guantánamo, se extenderá hasta el sábado y rinde homenaje al medio
milenio de la fundación de Baracoa, Villa Primigenia de Cuba.
Una visita técnica a la sui géneris arquitectura colonial del
centro histórico urbano más antiguo del archipiélago prevén los
delegados al cónclave proceden de 14 provincias, los cuales
discutirán más de un centenar de ponencias.
La mayoría de los trabajos concursan en la categoría de proyectos
u obras terminadas, y 14 de ellos corresponden a arquitectos de la
provincia de Guantánamo, escogida como sede, debido a su protagónica
participación en el VII Salón Nacional.
En aquel encuentro, celebrado en Cienfuegos, en 2009, resultó
premiado en la categoría de diseño urbano y paisajístico el Parque
La Guantanamera, de Jackeline Gillins, especialista de la Empresa de
Proyectos de la más oriental de las provincias cubanas.
La obra recibió también Mención en la Bienal de Arquitectura
celebrada en Quito, Ecuador, ese mismo año.
Los delegados recorrerán el centro urbano histórico de esta
ecléctica ciudad, y rendirán homenaje a José Lecticio Salcines
(Guantánamo 1889-La Habana 1974), llamado el Arquitecto de las
Esquinas, por su costumbre de levantar sus obras en esas
intersecciones, en busca de mayor realce.
También visitarán el Palacio erigido por ese profesional para su
familia, edificación seleccionada como una de las siete maravillas
de la arquitectura guantanamera.
Graduado en 1913, en la Universidad de La Habana, como
arquitecto, ingeniero civil y eléctrico, Salcines debe su fama, sin
embargo, a su irrealizado Proyecto de Uso Múltiple, Premiado en el I
Congreso Panamericano de Ingeniería, celebrado en Río de Janeiro,
Brasil, en 1949.
Esa iniciativa constituye el primer esfuerzo científicamente
fundamentado para aprovechar el caudal fluvial de Cuba y debía
abastecer de agua a la ciudad de Santiago de Cuba, entonces capital
de la antigua provincia de Oriente.
El jurado del foro recomendó a los ingenieros de todo el mundo
que al construir acueductos tuvieran en cuenta la teoría del
guantanamero, que combinaba el suministro de agua, con la generación
de energía eléctrica barata y el riego de extensas áreas agrícolas.