El monarca de la papa

VENTURA DE JESÚS

Un campesino matancero logró en la recién concluida cosecha de papa una proeza con muy pocos antecedentes en Cuba. En 26,6 hectáreas alcanzó una producción de 1 271,8 toneladas del tubérculo, con un rendimiento de 47,81 toneladas. El episodio suscitó la admiración de muchos, pero también manifestaciones de recelo. "Eso es imposible", no faltó quien afirmara entre comentarios suspicaces.

Foto: Ramón PachecoErnesto Jiménez, el rey de la papa.

En realidad no era para menos. Únicamente en naciones con tradición en ese cultivo, como Holanda y Estados Unidos, los agricultores muestran resultados de tal envergadura. Ante los continuos titubeos, se decidió volver a medir las tierras del productor. Y en efecto, tenían justamente las declaradas.

El campesino Ernesto Jiménez, protagonista del suceso, era ya conocido por sus resultados como buen productor, con una experiencia notable básicamente en el frijol. Fue la papa, sin embargo, la que trajo más fortuna a su finca, conocida como La Lonja, en las proximidades del batey España Republicana, en el municipio de Perico.

"Hace tres años que decidí probar suerte con ese producto. El primer año obtuvimos 36 toneladas, 43 en la segunda contienda y más de 47 en esta última. No entiendo por qué la gente se alarma, aquí no hay nada fortuito."

Cuando Jiménez resolvió sembrar papa, tomó una decisión sabia: auxiliarse de los consejos de Gabriel Serrano Martínez, más conocido por "Papi", viejo agricultor que le sabe un mundo al cultivo del tubérculo. Ambos conforman la dupla perfecta.

Jiménez significa que en La Lonja no se echó a perder ni una sola papa. "La cosecha se realizó a los 100 días de plantadas las áreas, y lo más importante, la producción cosechada se cargaba el mismo día y antes de las 24 horas se hacían las labores de resaque. Eso permitió que no existieran mermas en el peso ni en la calidad del producto".

La aplicación de herbicidas, fertilizantes y demás tratamientos fitosanitarios se hizo, asimismo, en el tiempo requerido.

La Lonja también muestra excelentes resultados en cultivos como el boniato y el maíz, sembrados inmediatamente detrás de la papa.

Es imposible calcular la alegría de Jiménez. Entre quienes lo admiran sin reservas están sus otros tres hermanos, también productores. "Competimos y nos ayudamos a la vez", dice, orgulloso de la estirpe familiar.

"Papi", su brazo derecho, se niega a revelar el supuesto secreto de tan altos rendimientos, con el pretexto de defender el lugar cimero de La Lonja. "Pero que nadie se preocupe, que no me lo llevaré a la tumba", subraya con gracia campesina.

En la temporada que viene, Jiménez y sus hombres tendrán una cuarta oportunidad sobre la tierra y para demostrar que lo de las 47 toneladas no fue obra de la casualidad, y menos de erróneas mediciones de tierra.

 

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