Ejército Occidental

Punta de vanguardia del pueblo uniformado

Raquel Marrero Yanes
rql@granma.cip.cu

Por coincidencia histórica, cada 14 de junio el occidente cubano celebra, de manera simbólica, tres etapas de un mismo Ejército: el Mambí, el Rebelde y las actuales Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Ese día nació el Ejército Occidental, en igual fecha que Maceo y el Che, pero en el año 1961.

Foto: Jorge Luis GonzálezLos combatientes del Ejército Occidental arriban al medio siglo de existencia, cumpliendo la honrosa tarea de defender a la Patria.

Llenos de confianza y optimismo sus combatientes arriban al medio siglo de existencia, lo que constituye un momento de regocijo para todos aquellos que han estado, o están, vinculados a sus unidades militares cumpliendo la honrosa tarea de defender la Patria.

Granma trae a sus páginas a dos combatientes de ese mando como digno homenaje a los primeros hombres que lo fundaron y a los que, durante 50 años, han hecho posible su desarrollo.

El historial de ellos recoge los tiempos en que integraron el Ejército Rebelde, entraron a la capital en la Caravana de la Victoria, se prepararon como soldados, cumplieron misión internacionalista y se desempeñaron como cuadros de mando en el Ejército Occidental.

De aquellos tiempos, en que sus unidades tenían por campamento el monte y por techo el cielo, habla Pedro Aníbal Reyes Reyes, coronel de la reserva de las FAR.

Era muy joven —dice—, aún no había cumplido los 17 años de edad cuando me incorporo a la Columna No. 4 del Ejército Rebelde al mando del Che, y al igual que otros llegué a la capital con los rebeldes el 8 de enero de 1959.

"Al día siguiente nos destinaron al campamento de Managua, donde comenzó la preparación. Desde entonces me formé como soldado, desempeñando varias funciones en las direcciones de mando, siempre en este ejército", explica.

Fue en 1959 cuando se crean las fuerzas tácticas de occidente y aparecen las primeras milicias campesinas, obreras y estudiantiles. Así, se formaron los sectores de milicias y en 1961 comienzan a estructurarse las FAR, dando lugar a la formación de los ejércitos Central, Oriental, y Occidental, comenta.

A partir de entonces se organizan las estructuras de las Unidades Militares y se reciben las órdenes como garantía para fortalecer las estructuras defensivas de la región occidental, que abarcaba desde Matanzas hasta Pinar del Río, incluyendo a la Isla de la Juventud.

"Nos tocó crear lo que otros combatientes han podido aprovechar a lo largo de estos años, desde las mejoras en las condiciones de vida, la preservación de la técnica, disponer de la superación política cultural, hasta disfrutar de una recreación sana, sin dejar de atender la preparación combativa de cada soldado en nuestras unidades".

Sus anécdotas son muchas y su rostro refleja el mismo entusiasmo y decisión revolucionaria de hace 50 años cuando se incorporó como soldado en este Ejército, al que le agradece su formación bajo la dirección acertada del Comandante de la Revolución Guillermo García Frías.

A las FAR —dice— llegué analfabeto, en ella me hice un verdadero soldado. Todavía mi sabiduría y voluntad están al servicio de la defensa del socialismo.

El coronel Euliecer Estrada Reyes es otro de los fundadores del Ejército Occidental, quien al evocar aquellos tiempos, dice: ¡Son 50 años!, y parece que fue ayer cuando me incorporé.

"Fue el inicio de una nueva vida, que nos cambió el rumbo, nos separó de la familia, de los hogares, las novias, nos vistió de verde olivo¼ y nos enfrentó a la vida en campaña y a una fuerte preparación militar. Todo esto se dice en pocas palabras, pero representa un cambio radical que, para muchos, continúa siendo la razón de ser".

Al desgranar los recuerdos del servicio activo en las FAR, se refiere a las múltiples misiones y tareas cumplidas. Para él, participar en más de 15 acciones como combatiente internacionalista en la República Popular de Angola, "es una experiencia inolvidable".

Reconoce que dentro de la vida militar todo parece "normal", pero requiere de esfuerzo, voluntad, disciplina y sacrificio, no solo de quienes fuimos fundadores, sino de nuestro relevo, de esa juventud convocada a garantizar la continuidad de la Revolución.

"Durante un encuentro con jóvenes internacionalistas de este tiempo, me percaté de que mi hoja de servicios se quedaba pequeña, pues contaban con muchos más combates que yo. Eso es prueba de la pujanza de nuestra juventud, la cual sabe también cumplir con el deber de defender la Patria", señaló.

Hombres como Euliecer y Aníbal narran con emoción sus recuerdos y experiencias del deber cumplido y, sobre todo, de un sano orgullo de saberse fundadores. Ese es el mejor legado a los soldados de estos tiempos.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir