¡Y se hizo la luz!
El Latinoamericano ya cuenta con el mejor sistema de
iluminación del país. Todavía queda mucho por hacer en el Coloso del
Cerro
SIGFREDO BARROS
sigfredo.bs@granma.cip.cu
Tras dos temporadas en completa oscuridad, el estadio
Latinoamericano estrenará en la 51 Serie Nacional un moderno sistema
de iluminación acorde con los requerimientos más exigentes, gracias
al empeño mancomunado de varias empresas y el denodado esfuerzo de
trabajadores y especialistas.
Desde que se procedió a desmontar las luminarias de las torres,
múltiples fueron los comentarios de la afición: ¿por qué hubo
necesidad de removerlas? ¿a qué se debe la demora en volver a
colocarlas? Granma conversó con Ricardo Badía, director de
Inversiones del Inder, quien ha estado todo el tiempo al tanto del
más mínimo detalle.
Tres
grúas y los trabajadores de los contingentes Ñico López y Julio
Antonio Mella en plena faena.
"Todo comenzó cuando un dictamen emitido por la Defensa Civil y
el Ministerio del Interior a mediados del año 2009 aconsejaba bajar
las torres debido al crítico estado en que se encontraban, con
severas fallas estructurales, y el peligro que representaba para los
asistentes a la instalación. Y, con el fuerte apoyo del Ministerio
de la Industria Básica, mediante su empresa Epromad, en el mes de
agosto del 2010 dio inicio la ardua labor del desmontaje".
La demora en poner manos a la obra fue producto de varios
factores, entre ellos el de conseguir en el mercado internacional
luminarias que reunieran los requisitos de durabilidad, ahorro de
energía y un buen precio, cada vez más inalcanzables para las
naciones del Tercer Mundo.
Regresó
la luz al Latino después de dos temporadas.
Por fin, a través de Energoimport del MINBAS, se consiguieron las
mejores, lámparas de la marca holandesa Phillips de última
generación, con mayor capacidad de iluminación (se instalaron 140,
por 172 de las antiguas), 200 watts y reflectores más potentes. Más
livianas, un elemento importante pues la estructura soporta ahora
menos peso. Un detalle significativo es que cumple con los
requerimientos del béisbol mundial con 1500 lumenes (unidad de
medida del flujo luminoso, la potencia luminosa percibida) para el
área entre el box y el home, 1000 para el cuadro y 800 en los
jardines. Y otro dato sumamente importante: un sustancial ahorro de
energía, algo de lo que está muy necesitada nuestra economía.
El
crítico estado de la estructura de las torres obligó a su reemplazo.
Por supuesto, no solo fue sustituir torres y bajar y subir
luminarias. Hubo que reconstruir el llamado "camino de gato", un
angosto pasillo en el techo por donde se desplazan los obreros
cuando se hace necesario sustituir una línea de 13 000 voltios que
descansaba en postes aéreos —ahora la Empresa Eléctrica instaló una
línea soterrada por la anterior—, y reforzar las secciones donde se
apoyan las luces detrás de home y en los laterales de primera y
tercera.
¿QUÉ FALTA POR HACER?
Pero el estadio Latinoamericano, con más de seis décadas de
explotación y capacidad para más de 40 000 espectadores que no solo
es gradas y terreno, sino también oficinas, almacenes, áreas de
cafeterías, albergues, un hotel, comedores, etc, necesita de una
reparación capital.
El decursar del tiempo ha dejado huellas visibles en su
estructura, afectada tanto exterior como interiormente, está falto
de pintura y, lo más importante, el techo, necesitado de una
sustitución pues las lluvias y el inclemente sol de nuestro país lo
han afectado considerablemente.
Badía se sustenta sobre la base de la disponibilidad de los
recursos tanto materiales como financieros, por lo cual la inversión
total no se puede hacer en un año.
Además, recuerda que el Latino está en una zona muy húmeda, un
elemento que contribuye al deterioro, y agrega que "nuestro sistema
de mantenimiento es muy deficiente, una instalación como esta
necesita un mantenimiento especializado, como el que le daremos a
las luminarias recién instaladas para alargarles la vida. No es solo
un problema del Latino, todos los estadios de Cuba padecen del mismo
mal".
Aclara que el techo es ahora la prioridad número uno. "Ya se
están realizando los estudios de factibilidad para determinar cuáles
serían las cubiertas más adecuadas —metálicas, de poli-carbonato,
corrugadas o acanaladas—, siempre buscando el mejor precio posible,
pues todo es costoso, hay que importar y los materiales son muy
difíciles de conseguir".
Cuando el techo nuevo sea una realidad ya habrá también un
sistema hidráulico más eficiente para resolver de una vez por todas
el viejo problema de la falta de agua. Y cuando comience la venidera
51 Serie Nacional la afición verá una pizarra que refleja el nombre
del jugador y su average, una labor realizada por los trabajadores
de la Industria Deportiva. Después, al final, la pintura, cientos de
galones para cubrir toda una inmensa estructura.
UN TRABAJO DE ALTURA
Colocar luminarias a nivel del suelo es una cosa, hacerlo a más
de 40 metros de altura es bien distinto. Conlleva una dosis de
valor, destreza y excelentes condiciones de seguridad y salud. Ese
fue el trabajo de los dos contingentes de la ECOA 40, Ñico López y
Julio Antonio Mella, encargados de la labor más difícil y riesgosa.
Desde el inicio hasta el final hubo una ambulancia y un médico
permanentemente, este último realizando chequeos constantes de
presión a cada trabajador. Con más de 120 con 80 no se podía subir y
cuando el aire soplaba con fuerza se interrumpían las labores en la
altura. Solo así se evitaron accidentes, que en este caso suelen
resultar fatales.
Queda mucho por hacer, sin duda, para que el Latino recupere su
sobrenombre de Coloso del Cerro. Pero, al menos, ya se hizo la luz.
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