Maestros y gobierno hondureños volvieron a retomar este viernes
el diálogo en busca de una salida al diferendo que desde hace meses
sostienen por la crisis del sistema educativo en el país.
Según el presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras, Joel
Almendárez, los representantes gremiales esperan ponerle punto final
al debate, ahora sobre la mesa del secretario de Planificación y
Cooperación Externa, Arturo Corrales, reporta Prensa Latina.
Los maestros intentan llegar a un acuerdo con el presidente
Porfirio Lobo, cuestionado por ocuparse en ordenar la política
exterior del país, pero sin concretar las demandas de profesores,
opuestos a la privatización del sistema educacional.
También los educadores exigen el pago de salarios atrasados a más
de seis mil docentes, la cancelación de la deuda del Estado con el
Instituto Nacional de Previsión del Magisterio y el respeto al
Estatuto del Docente.
El consenso con las autoridades casi es nulo, pues las
negociaciones, según Edgardo Casaña, presidente del Colegio
Profesional Unión Magisterial, están llenas de trampas para generar
controversias y desconfianzas.
Casaña cree que hay pocos avances y las autoridades intentan
postergar el arreglo definitivo de la crisis del sistema
educacional.
Para Almendárez, resulta otra contradicción que exista el derecho
a huelgas y sin embargo las autoridades impongan una ley para
regularlo, como el conocido Decreto de Emergencia, por el cual el
Consejo de Ministros declaró ilegales sus protestas.
No obstante, Orlando Mejía, vicepresidente del Primer Colegio
Profesional Hondureño de Maestros, asegura que no renunciarán ese
derecho, aunque el diálogo continúe estancado.
Ante las dilaciones e indiferencias de las autoridades, cinco
maestros decidieron hacer una huelga de hambre indefinida y acampan,
desde el 2 de mayo a la fecha, en la Plaza La Merced, a un costado
del Congreso Nacional.
Junto a ellos, más de un centenar de profesores expresaron su
solidaridad, con ayunos de 24, 48 y 72 horas.
Entre sus exigencias incluyen la restitución de 305 docentes
suspendidos por haber participado en las huelgas de febrero, marzo y
abril.
Igualmente están dispuestos a demandar internacionalmente al
Gobierno de Lobo por daños a su salud, pues desde hace 30 días solo
ingieren líquidos, y ya presentan deterioros en su estado físico, de
acuerdo con sus médicos.