Fuerzas leales a Alí Abdulah Saleh combatieron este viernes en el
sector norte de la ciudad de Sanaa contra rebeldes de la tribu
Hashed, mientras opositores exigieron en las calles la renuncia del
presidente yemenita tras las plegarias musulmanas.
Miembros del movimiento popular que desde el 27 de enero reclama
la dimisión del mandatario acusaron a la policía de abrir fuego
contra activistas que este mediodía retomaron las protestas tras
salir de las mezquitas o rezar en la denominada Plaza del Cambio,
reporta Prensa Latina.
Asimismo, otras fuentes confirmaron un incendio de grandes
proporciones desatado desde anoche en las oficinas centrales de la
aerolínea estatal Yemenia, situada frente a la vivienda del jeque
Sadeq Al-Ahmar, líder de la tribu Hashed, en el distrito capitalino
Hassaba.
Esa zona está relativamente cercana al aeropuerto y se pensó que
la terminal había sido alcanzada por proyectiles durante choques
entre fuerzas especiales gubernamentales y los leales a Al-Ahmar,
pero autoridades lo negaron este viernes.
Los combates en la capital se mantuvieron toda la madrugada y,
según las fuentes citadas por el canal árabe Al-Arabiya, hay
numerosas víctimas (muertos y heridos) en las calles aledañas al
aeropuerto y la residencia de Al-Ahmar, pero es imposible acceder a
socorrerlas.
El jueves, cientos de seguidores del jefe de la influyente
confederación tribal, a uno de cuyos clanes pertenece el propio
presidente Saleh, llegaron a Sanaa para apoyar a Al-Ahmar, aunque el
Ejército aseguró haber recuperado dos ministerios tomados por éstos.
Reportes de distintas fuentes estiman que al menos 135 personas
perdieron la vida desde el inicio de los enfrentamientos el 23 de
mayo pasado, luego que Saleh rehusó firmar un plan para su renuncia
presentado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.
Desde el comienzo de las revueltas, el 27 de enero, han muerto en
esta empobrecida nación de la Península Arábiga más de 350 yemenitas
víctimas de la violencia, en muchos casos practicada por fuerzas de
seguridad y seguidores del Gobierno contra manifestantes opositores.
La sureña ciudad de Taiz también es escenario de escaramuzas
entre partidarios y detractores del mandatario, quien ante presiones
internas y externas afirmó hoy estar dispuesto a reconsiderar la
iniciativa del CCG, bloque que, a su vez, se mostró favorable a
retomar la mediación.
El deterioro de la crisis en Yemen generó un éxodo de extranjeros
y el cierre de numerosos negocios y oficinas estatales en Sanaa,
además de preocupación por el repunte de milicias que las
autoridades vinculan con Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).
Grupos islamistas radicales tomaron desde hace días la localidad
de Zinjibar, en la provincia meridional de Abyan, y resisten la
contraofensiva del Ejército, que ha sufrido varias bajas sin
conseguir desalojar a los irregulares.