Los asesinatos de campesinos hondureños en el valle del Aguán
continúan y la mayoría de los crímenes están sin investigar,
denunció una comisión integrada por organizaciones nacionales e
internacionales que visitó la zona.
Desde el golpe de Estado de 2009, unos 30 labriegos perdieron la
vida en esa región norteña, sin que hasta ahora se haya identificado
a los autores materiales e intelectuales de los crímenes.
La violencia contra los campesinos en el Bajo Aguán ha llegado a
un nivel inédito, el avance nulo o mínimo de las investigaciones es
alarmante y los crímenes están en la impunidad, señala un informe de
la comisión publicado hoy en el sitio voselsoberano.com.
El grupo, integrado por miembros de 12 organizaciones nacionales
y extranjeras, visitó el valle del Aguán en los meses de febrero y
marzo pasados, tras reiteradas denuncias de violaciones de los
derechos humanos.
Esa región es escenario desde hace varios años de un conflicto
desde que los empresarios Miguel Facussé, René Morales y Reynaldo
Canales se apropiaron de manera fraudulenta de extensos terrenos.
En Honduras los terratenientes aplican la misma estrategia que en
Colombia: reprimir y asesinar para adueñarse de las mejores tierras
y extender el monocultivo de palma africana, denunció David Cálix,
del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán.
El grupo que visitó la zona presentará su informe al Estado de
Honduras, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al
Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Entre los organismos que integraron la comisión figuran Vía
Campesina, Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Comisión
de Verdad, Centro de Derechos de las Mujeres, FIAN Internacional y
Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, reportó
Prensa Latina.