Al menos 1,4 millones de personas en la ciudad estadounidense de
Nueva York, incluidos más de 400 000 niños, padecen hambruna, según
reveló un estudio de la Coalición Contra el Hambre de la Ciudad de
Nueva York (New York City Coalition Against Hunger).
El
fenómeno no es exclusivo entre los sectores de inmigrantes, sino que
se extiende hacia otras capas de la población.
Las estadísticas de la organización refieren que existe una
tendencia en aumento y la causa principal es la recesión económica
en Estados Unidos, cuyo presidente Barack Obama no ha podido superar
pese al "estímulo" a la banca y a los emporios empresariales.
Las víctimas del hambre son ciudadanos comunes que han perdido
sus empleos o inmigrantes indocumentados que no encuentran trabajo.
En condados como Queens o en otros de la gran urbe hay áreas
donde se concentran los conocidos jornaleros, en espera de contratos
para hacer cualquier tipo de trabajo. La Coalición ya había
advertido que en el 2009 uno de cada ocho hogares en Nueva York fue
calificado "carente de alimentos", es decir, que no tienen dinero
para comprar comida.
Por su parte, la Oficina del Censo alertó que el índice de
pobreza en la ciudad de Nueva York creció de 14,2% en el 2008 a 15,8
% en el 2009, un aumento que no se registraba en 19 años.
Los cálculos oficiales indican que uno de cada cuatro hispanos no
puede satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vestuario,
vivienda y salud, mientras que más de uno de cuatro niños latinos
viven en la penuria.
Para David Jones, del Community Service Society (CSS), una
organización que lidera la lucha contra la pobreza en Nueva York,
las cifras divulgadas por el gobierno norteamericano sobre una baja
del desempleo son falsas.
"Yo leo en la prensa que la economía está en recuperación y que
las cifras de desempleo están bajando, pero lo que percibimos los
hispanos y los afroamericanos es otra cosa", subrayó.