BRASILIA, 2
de junio.— La presidenta Dilma Rousseff anunció hoy el programa
Brasil sin miseria para asistir a más de 16 millones de personas
que, según el último censo, viven en la extrema pobreza, pese a las
mejoras sociales y económicas que tuvo el país durante la última
década.
"La lucha contra la pobreza es un deber del Estado y una tarea de
todos los brasileños. No podemos olvidarnos que la crisis más
desafiante, el mayor y más angustiante problema de este país, es
tener la pobreza crónica instalada", declaró la jefa de Estado al
presentar el plan, que se agregará a los implementados durante los
ocho años de gestión de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
La ministra de Desarrollo Social, Tereza Campello, subrayó la
"dimensión titánica" de un proyecto dirigido al 8,5 % de una
población de 190,7 millones de habitantes.
"Queremos garantizar renta, acceso a servicios públicos,
educación, salud, a condiciones dignas de vida. El Estado tiene la
obligación de llegar adonde el pobre está", dijo la ministra al
explicar que técnicos de todo el país identificarán a los más
pobres.
Indicó que el 55 % de quienes se pretende asistir reside en el
campo, por lo que los planes de agricultura familiar tendrán un
refuerzo adicional, con una mayor asistencia técnica y apoyo
financiero.
En los centros urbanos, se propone masificar la enseñanza técnica
y de oficios de gran demanda, como ocurre con todos los relacionados
a la industria de la construcción. También se expandirá el
microcrédito, a fin de dar más empuje a la pequeña industria.